A 20 años aún es una 'complejidad' el acceso a la información en Durango

Durante las últimas dos décadas se ha avanzado, pero aún queda mucho por hacer en materia de transparencia en México, y particularmente en Durango, ya que en comparación con otros países, es incipiente la cultura de la rendición de cuentas.

En el marco de la aprobación de los 20 años de la primera Ley de Transparencia en Durango, se llevó a cabo un evento en la Facultad de Derecho de la UJED en el que participó Ernesto Villanueva, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y asesor de la primera ley de transparencia, quien disertó en torno a los avances y retos.

Y es que, anteriormente se le decía a los servidores públicos que en caso de duda mejor se abstuvieran de brindar información pública a algún ciudadano que había realizado una solicitud de acceso; mientras que ahora, en caso de duda, se debe entregar la información, “es un cambio de paradigma, de un sistema cerrado en donde había casos verdaderamente absurdos, el Registro Público de la Propiedad así se llamaba pero era secreto, el Registro Público de Profesiones estaba cerrado, entonces era un despropósito”, estableció.

Recordó que inclusive entre los medios de comunicación hubo renuencia al principio, pero finalmente se sumaron y pudo concretarse la ley.

Estableció que aún no se puede lograr la apropiación social del derecho de acceso a la información pública y de la protección de los datos personales, ya que las personas consideran que es algo demasiado especializado.

Refirió que en países como Suecia con solo una llamada se entrega información pública en minutos, mientras que en México se tiene que hacer una solicitud de acceso a la información y esperar varios días la respuesta, además de que en ocasiones hay prórrogas o hasta recursos de revisión que pueden demorar meses, por lo que se vuelve una complejidad.

Además, en otros países se da a las personas educación relativa a la rendición de cuentas desde la primaria, por lo que de los ciudadanos tienen una amplia cultura de la transparencia.

En México, después de una cultura de la opacidad de siglos, ha sido un camino lento debido a la idiosincrasia de los mexicanos. Además, aquí se da también una mayor tolerancia a la corrupción.

Hay países en los que ni siquiera se requiere un órgano garante, mientras que en México aún es necesario que haya estos institutos para que se cumpla la ley y que perdurarán durante décadas.

En cuanto al número de solicitudes, expuso que es relativo ya que hay lugares como Canadá en donde hay una transparencia proactiva en la que la información está siempre disponible en los portales de las dependencias por lo que no hace falta que los ciudadanos pregunten.

Por otro lado, en México lo primero que los ciudadanos empezaron a preguntar cuando se implementó la ley fue el sueldo de los servidores públicos que anteriormente era parcial, porque nada más se informaba una parte, pero que ahora ya incluyen todas las compensaciones y conceptos que implica su ingreso real.

De ahí que, aunque a 20 años de la implementación de la transparencia en México, aún queda mucho por hacer como incluir en la ley y en los planes de estudios este tema, ya que de otra manera será muy complicado avanzar.

Concluyó que, a pesar de que la naturaleza humana genera diferencias, se debe privilegiar lo que puede unir para que el derecho de acceso a la información pública se convierta en una realidad concreta y no tenga caminos de regreso por la falta de una apropiación social o instituciones sólidas.

El evento fue organizado por la excomisionada del IDAIP, Lulú López y estuvieron presentes funcionarios en materia de transparencia, así como el director de la Facultad de Derecho, Rafael Mier, como anfitrión.