. Aunque Cotija es reconocida por su arquitectura propia de la Colonia, puedes hacer un viaje todavía más añejo en la zona llamada El Pandito existen petrograbados realizados por un grupo de nómadas hace aproximadamente 10,000 años.
Sin duda, la elaboración de quesos artesanales con Denominación de Origen es la referencia inmediata que hay de este destino. Más allá de eso, es un pueblo que ofrece atractivos históricos y culturales que merecen una visita.
Aquí no hubo asentamientos prehispánicos, aunque su nombre proviene del purépecha 'cotixani', que significa 'lugar donde la garganta está más ensanchada'.
Y, por curioso que parezca, su población es de ascendencia española y francesa.
Cotija está en el occidente de Michoacán, en los límites con Jalisco. Sus paisajes son lindos, pues se asienta en un pequeño valle boscoso entre las montañas de la Sierra de San Ángel, y entre los cerros de la Corona, Verde, Blanco, del Pinal y del Picacho, por mencionar algunos.
La ciudad más cercana es Uruapan, a unas dos horas y media en auto; a tres de Guadalajara y cuatro de Morelia. Llegar al Lago de Chapala toma aproximadamente una hora.
Se produce artesanalmente durante la temporada de lluvias (julio-septiembre), en grandes piezas cilíndricas que llegan a pesar hasta 28 kilos y se añeja por periodos mínimos de tres meses. Su corteza es un poco dura y su interior, que se desmorona fácilmente, es cremoso, salado y puede tener un sabor fuerte dependiendo de su maduración.
Desde 2000, se celebra la Feria del Queso Cotija a finales de año, evento que congrega a diversos productores de la región.
Por algo, el queso más famoso de Michoacán tiene Denominación de Origen.
Aunque el turismo gastronómico atraído por el rico queso cotija puede ser razón suficiente para viajar hasta este destino michoacano, tu visita se puede complementar con otros atractivos históricos y culturales de la localidad.
En su centro de calles empedradas, portales y casitas coloniales de teja roja, típica de los pueblos mágicos michoacanos, se levanta imponente la Parroquia de Nuestra Señora del Pópolo (mejor conocida como Santuario de la Virgen de la Inmaculada Concepción de María), construida en 1854 con piedra y cantera rosa en un estilo barroco y neoclásico.
Tiene una gran torre central de 70 metros de altura que funciona como campanario. Su interior está adornado con retablos dorados tallados.
Pasea por su plaza principal, donde podrás contemplar la actividad artesanal del pueblo en su talabartería, huaraches, metalistería, aretes de alacrán en oro, sillas de montar y tejidos a mano.
El entorno natural del pueblo mágico repleto de montañas y ríos ofrece espacios perfectos para actividades al aire libre como el senderismo, paseos en bicicleta y avistamiento de aves, muchas de ellas migratorias y que se asientan en los lagos y lagunas de la región.