Durango

 
San Jorge Bendito

Duranguenses festejan a San Jorge Bendito, el patrono de la ciudad

Duranguenses festejan a San Jorge Bendito, el patrono de la ciudad

CLAUDIA J. BARRIENTOS 23 abr 2023 - 19:11

Decenas de duranguenses festejaron este domingo al patrono de la ciudad: San Jorge Bendito, cuya imagen se encuentra en la Catedral Basílica Menor y es ampliamente venerada por la población.

Durante la misa, el padre César Astorga destacó la importancia de que las familias acudan a venerar la imagen de un mártir que entregó su vida por Cristo y exhortó a los padres a que no solamente lleven a sus hijos a devociones populares como esta, sino que de manera permanente les inculquen la fe para que, ante tantos peligros, los niños y jóvenes puedan sentir un respaldo.

Resaltó que, aunque en la actualidad la medicina está muy avanzada y hay cura para los padecimientos del cuerpo, “seguimos padeciendo del alma” por lo que pidió a San Jorge Bendito que proteja a la población no solamente contra animales ponzoñosos, sino sobre todo “de lo peor que es el pecado” al hacer referencia a que muchas personas “viven en un fracaso, sin ilusiones”.

San Jorge nació en Lydda, Palestina; era hijo de un agricultor muy estimado. Entró al Ejército y llegó a ser capitán. Fue famoso porque al llegar a una ciudad de Oriente se encontró con un terrible caimán que devoraba a mucha gente y nadie se atrevía a matarlo, pero San Jorge lo atacó y lo mató. Posteriormente, reunió a todos los que lo admiraban y les habló de Jesucristo, por lo que propició muchos se hicieran cristianos.

Según información de la Arquidiócesis de Durango, a la ciudad llega esta devoción a San Jorge en 1749, con el obispo Don Pedro Anselmo Sánchez de Tagle. Siendo este obispo fiel devoto de este santo, ordena esculpir una imagen en madera estofada, policromada y encarnada; luciendo San Jorge en un brioso caballo, y teniendo bajo los pies del equino a un dragón, símbolo del mal. El obispo Sánchez de Tagle, nombra a San Jorge en ese mismo año, Santo Patrono de la ciudad de Durango.

Ante la desesperación del pueblo duranguense por el alto índice de picaduras de alacrán, la población optó por creer en la intercesión de San Jorge, ya que en esos tiempos no existía medicamento que pudiera revertir el veneno del alacrán; de tal manera que quien era picado por este arácnido, moría irremediablemente.

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