El asma causó 461 mil muertes en el 2019 según la OMS.
El 2 de mayo se celebra el día mundial del asma, una jornada en donde se intenta reflexionar acerca de este padecimiento, que no es detectado en la mayoría de los casos.
De acuerdo a la Secretaría de Salud, el asma es una enfermedad crónica pero tratable, que es descrita como “heterogénea, caracterizada por la inflamación crónica de las vías respiratorias, tos, dificultad respiratoria, opresión del tórax, sibilancias y limitación del flujo de aire”. Tener asma puede llevar a complicaciones en la vida cotidiana, pues a los más jóvenes los puede llevar a ausentarse de la escuela, mientras que a los mayores los puede orillar a dejar su trabajo y usar los servicios de emergencia.
En un comunicado, la secretaría manifestó que hay hasta un 73 por ciento de personas con asma cuya condición no ha sido diagnosticada adecuadamente. Por otro lado, más del 30 por ciento de pacientes son tratados con medicamentos para esta enfermedad, aunque no la padezcan.
Además, muchas de las personas a las que se les es diagnosticado, se hace cuando ya tienen una evolución importante de la enfermedad, por lo que es más difícil de tratar y ha causado mayores estragos en el organismo.
¿CUÁNDO SE PUEDE COMENZAR A DIAGNOSTICAR?
El asma puede presentar varios síntomas desde la niñez. Éstos son opresión en el pecho, tos (en especial durante la mañana), problemas respiratorios, como falta de aire, sensación de cansancio, irritabilidad y círculos oscuros bajo los ojos.
De acuerdo a la Secretaría de Salud, “algunos síntomas comienzan en la niñez, por lo que es fundamental su diagnóstico y seguimiento oportuno. La inadecuada atención puede desencadenar una urgencia respiratoria y provocar inclusive la pérdida de la vida”.
Para detectarlo, existen estudios especiales que destacan por la precisión en el diagnóstico del asma. Tal es el caso de la espirometría, que permite conocer el flujo respiratorio máximo. Una vez que se ha detectado, se le tiene que dar un tratamiento que el paciente no debe abandonar, por la propia naturaleza de las enfermedades crónicas.