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Los eclipses en Durango

Los eclipses en Durango

ALEJANDRO AHUMADA R. 23 feb 2023 - 10:21

En nuestra publicación del jueves 16 de febrero pasado, hablamos del segundo eclipse total del 25 de marzo de 1857, cuya franja de oscuridad total quedó a unos 35 kilómetros de Yerbanís y unos 40 kilómetros de Pasaje, que debieron haber quedado en un 99 % de oscuridad total. Continuamos con la interesante reseña publicada en el Monitor Republicano del 07 de abril de 1857:

El eclipse del 25 de marzo, leemos en la Enseña Republicana de Durango:

El eclipse total de sol se verificó y los habitantes de esta capital tuvieron ocasión de ver un espectáculo sublime grandioso y sorprendente.

A las cuatro y diez minutos de la tarde, estando el cielo limpio y sereno, comenzó a ver visible la sombra en el sol y fue en progreso, entonces el astro se ocultó en unas nubes que había en el poniente y quedó como si hubiera un simple nublado, pero gradualmente se fue perdiendo la claridad, y a las cinco y diez minutos la oscuridad era completa, se vieron clara y distintamente las estrellas del firmamento, las luces artificiales alumbraban como en las tinieblas de la noche. La oscuridad total duró de cinco a seis minutos, luego comenzó a disiparse y el sol apareció de nuevo entre unos ligeros celajes.

La plaza y calles principales de Durango se hallaban llenas de gentes a la hora del eclipse, con motivo de que Jesús de Nazareno iba a ser trasladado en procesión del templo de San Francisco a la parroquia del Sagrario. La gente del pueblo que no tenía noticia de lo que iba a suceder se aterrorizó al verse repentinamente en las tinieblas, algunas personas corrían en diversas direcciones y otras pedían misericordia, por la claridad que siguió después tranquilizó a los que habían asustado el eclipse.

Esta nota curiosa muestra la reacción de la población y deja entrever el entorno de un desconocimiento y ante ello un asombro; sin embargo, por otro lado, hubo científicos en su momento que estuvieron atentos a la llegada de este fenómeno. Como lo fue el Ingeniero geógrafo Francisco Díaz Covarrubias, quien hizo algunos cálculos pertinentes apoyados en sus conocimientos de geodesia, topografía y astronomía, dando una estimación de la duración y ubicación del paso de la sombra por nuestro país.

Este eclipse mantuvo una incertidumbre, ya que se corrió el rumor de que el eclipse no sería visible en nuestro país. Esto debido a que en esos años mucha gente basaba las expectativas y pronósticos de un año, en el anuario llamado el "Calendario de Galván".

Luis Varela fue el responsable de los cálculos de este calendario por muchos años, y en ese año de 1857 mencionó en la publicación de Galván que ese eclipse no sería visible en nuestro país. El anuario tenía buena reputación por una relativa precisión y, debido a esto, formaba parte de la vida diaria de muchos agricultores que seguían sus predicciones, influyendo hasta la decisión de la fecha de plantación de sus cultivos.

El Calendario de Galván inició su publicación en 1827 y dentro de los temas que tocaba se incluían, los santorales, las fases lunares, eventos astronómicos y muchos otros tópicos de la vida diaria que se podían esperar en cada año.

Las discrepancias en los cálculos de observación tenían su fundamento, ya que el inicio del eclipse se dio ya avanzada la tarde y en un mes como marzo, con la duración corta del día debido a la temporada, dieron como resultado, el suponer que con base en esto no se apreciaría en México. Por la parte científica mundial, la predicción principal, corrió desde el Almanaque Náutico del Observatorio Real de Greenwich y en el almanaque del Observatorio de París, donde ambas instituciones situaban la mayor parte de la sombra del eclipse a la mitad del océano pacífico y en una pequeña parte sobre México. Los cálculos realizados por Francisco Díaz Covarrubias presentaron un mayor acierto al logrado por las publicaciones en las que se basaba, como lo era un almanaque de Greenwich y el norteamericano, al que de este último el ingeniero Diaz Covarrubias había detectado ciertas fallas y el mismo había corregido para este eclipse. Díaz Covarrubias fue un ingeniero, geógrafo y científico muy destacado de la época. Formó parte de la comisión científica mexicana que viajó a Japón con motivo de la observación del paso de venus. Y en el año de 1862 fue director del Observatorio Astronómico Nacional en Chapultepec.

Para este eclipse no hubo visita de comisión científica alguna, solo se publicaron las referencias periodísticas de Durango, y en otro medio con una mención corta de lo observado por la población en Matehuala, San Luis Potosí. El Ing. Díaz Covarrubias dejó referencias de haber realizado una observación parcial en San Lázaro, desde la ciudad de México. Continuamos la próxima semana, hasta entonces.

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