Al contrario de lo que muchos adultos piensan, los niños y la tecnología no deberían ser enemigos.
No es un secreto que la tecnología ya forma parte fundamental de nuestras vidas, pues la usamos para la escuela, el trabajo, para mantenernos comunicados, para informarnos, para entretenernos e incluso para ayudarnos a resolver dudas y problemas de la vida diaria. Por esta razón cada vez es más difícil mantener a los niños alejados de ella. Sin embargo, no es del todo correcto prohibir a los pequeños que la usen y alarmarnos en cuanto se acercan a una pantalla.
TECNOLOGÍA Y NIÑOS, NO SON ENEMIGOS
Contrario a lo que se ha pensado durante los últimos años, el acceso a la tecnología para los niños puede resultar bueno mientras esté regulado por sus padres de familia o cuidadores.
Según profesores de psicología de la UNAM, un uso supervisado de las tecnologías puede fomentar la creatividad, el aprendizaje y la participación social en los niños.
Las nuevas tecnologías incrementan las capacidades de alfabetización en niños, que incluyen el saber buscar y discriminar información así como el uso social y funcional de estos dispositivos.
Además en el área educativa sirven como herramientas altamente motivadoras gracias a la gran cantidad de recursos audiovisuales y creativos que podemos encontrar en ellas.
Por todos estos beneficios, lo mejor que podemos hacer no prohibir por completo el uso de la tecnología a los niños, sino instruirlos y crear consciencia en ellos sobre las consecuencias negativas de su uso excesivo y sobre la infinidad de posibilidades positivas de utilizarlas.