Balmori recuerda que el arte es un viaje personal que a veces lleva a sus espectadores lejos de su lugar de origen.
El Museo Nacional de Arte (Munal), inauguró la exposición "Santos Balmori (1898-1992). La huella indeleble".
Santos Balmori, cuya vida y obra son un testimonio de perseverancia, de exploración y de autenticidad en el mundo del arte, desafió las corrientes artísticas y trazó su propio camino, un camino que lo llevó a explorar influencias artísticas de todo el mundo, desde las temáticas revolucionarias hasta su constante búsqueda de identidad y de expresión.
Integrada por más de 300 obras, "Santos Balmori (1898-1992). La huella indeleble" abarca la amplia trayectoria del artista mexicano y hace un minucioso recorrido por cada una de sus etapas creativas, caracterizadas por la inquietud siempre viva de experimentar y por descubrir nuevos horizontes.
REDESCUBRIR A UN ARTISTA POLIFACÉTICO
En el marco del 125 aniversario del nacimiento de Santos Balmori, la exposición en su conjunto brinda la oportunidad de redescubrir a un artista polifacético, cuya prolífica obra se hace evidente a través de un cuidadoso dibujo y una compleja composición, plasmadas en ilustraciones, carteles, murales, pintura de caballete, diseños de vestuario y de escenografía.
Durante la primera mitad del siglo XX, el arte mexicano ofreció un sinfín de discursos y propuestas plásticas que abordaron temas nacionalistas y revolucionarios, siendo el muralismo su mayor referente. Como reacción natural a ello, los artistas de la época buscaron nuevas rutas y corrientes pictóricas más cercanas a un lenguaje universal y vanguardista, nicho en el que se inscribe Santos Balmori.
Apartado, por cuenta propia, de las corrientes que permearon el quehacer mexicano de su tiempo, su trabajo se separa de la Escuela Mexicana de Pintura y manifiesta un lenguaje más cercano a las corrientes figurativas europeas, con claras referencias al cubismo, el realismo, el expresionismo y, en menor medida, a la pintura metafísica italiana.
Es a partir de la segunda mitad del siglo XX, en los años setenta, que su trabajo comienza a integrar un lenguaje abstracto, a través del geometrismo y el uso de materiales novedosos, que lo hacen regresar a nuevos formatos y composiciones.
"La exposición Santos Balmori (1898-1992). La huella indeleble" se articula en grandes núcleos, los cuales han sido denominados como Gabinete personal; Europa, carteles e ilustración;Artes escénicas; Época negra; Mujeres; Educación, alumnos y trazos; y, finalmente, Espacios y tensiones.
Con curaduría de María Estela Duarte y Gerardo Traeger, la exposiciónse encuentra en las salas temporales de la planta baja del recinto del Inbal.
Esencia
La exposición brinda la oportunidad de redescubrir a un artista polifacético, cuya prolífica obra.
¿Sabías que...?
Nació en la Ciudad de México en 1898 y se formó en la Escuela de Bellas Artes de Santiago.



