Solo cenizas quedan entre Salum, Ochoa y Gina

A nadie se le olvida que hace algunos años Jorge Salum del Palacio, Gina Campuzano y José Antonio Ochoa formaban parte de un grupo muy compacto de panistas que desayunaban, comían y hasta cenaban juntos, pues además lo hacían en lugares públicos para mandar el mensaje de unidad total. 

Dicho grupo (en el que había dos o tres personajes más con menor perfil) sacó provecho político de su tan estrecha relación, pues tenían una agenda común que le permitió a Salum del Palacio trazar, desde entonces, el camino hacia una posible candidatura para el Ayuntamiento de Durango, mientras que Ochoa y Campuzano lo hicieron para buscar una diputación.

La ruptura vino precisamente en la campaña de Jorge Salum para buscar la alcaldía, pues su coordinador era precisamente José Antonio Ochoa, hoy actual Alcalde de Durango, quien según cuentan tomó decisiones sin consultar al entonces candidato y meses después quisieron "cobrarle" ya en el poder, lo que provocó la cólera del edil capitalino.

Desde entonces, la separación de dicho grupo fue notoria y ayer, a través de Twitter, escaló en enfrentamiento de declaraciones públicas que Gina Campuzano había hecho contra Jorge Salum para que ya dejara el partido, por lo que el exalcalde respondió en su cuenta: 

"Querida Gina: Creo qué quienes debieran irse del partido son quiénes se han vendido al crimen organizado para pagar favores con ellos. Los pantalones los tengo bien puestos, no necesito esconderme atrás de las faldas de nadie para responder. Lo único que tanto Cabildo, la Opinión Pública y un servidor hemos solicitado, es que se aclare el porqué de el costo tan alto en esa adquisición. Saludos", acompañado de una foto de ambos.

Sin duda alguna la respuesta de Jorge Salum fue controversial y remitió a ese episodio de campaña donde hubo un rompimiento total con José Antonio Ochoa por causas que ninguno ha querido explicar abiertamente.

No cabe duda que en este trio panista ya no existe ese "amor" que tanto se pregonaba públicamente. Hoy, solo cenizas quedan, pero es casi un hecho que la guerra de declaraciones continuará.