¡2 de octubre no se olvida! 56 años de la matanza de Tlatelolco
El 2 de octubre de 1968 quedará enmarcado como un día negro en la historia de nuestro país. Un grupo de estudiantes, maestros y académicos unieron fuerzas para protestar en contra del autoritario gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, dicha lucha terminó ocasionando una tragedia que causó estragos en la sociedad mexicana: La Matanza de Tlatelolco.
Antecedentes
1968 fue un año que jamás se olvidará. La Ciudad de México se preparaba para organizar los Juegos Olímpicos, los cuales pondrían a nuestro país en los ojos del mundo, estaba todo listo para recibir a visitantes extranjeros de otros rincones de la tierra. Sin embargo, todo cambió en el verano del 68.
Los días 22 y 23 de julio, el cuerpo de granaderos detuvo a diversos estudiantes de la UNAM y el IPN por protagonizar una pelea campal. Por este suceso, varias escuelas y universidades iniciaron paro de labores y convocaron las primeras manifestaciones para protestar en contra del Departamento del Distrito Federal, sobre todo exigiendo la destitución de Luis Cueto, jefe de la Policía del DF, y la desaparición del cuerpo de granaderos.
Javier Sierra, rector de la UNAM, izó la bandera mexicana en un asta y se pronunció a favor de la autonomía universitaria, además de exigir la liberación de los presos políticos. Ese mismo día, encabezó una marcha en Insurgentes, instando a la gente de unirse al naciente movimiento estudiantil con la frase: ¡Únete Pueblo!
Con gran valentía y orgullo, indirectamente le declaró la guerra al presidente Gustavo Díaz Ordaz, instando a enfrentarse al gobierno federal por defender los derechos de las universidades, la democracia y la libertad.
2 de octubre
Tras 2 meses de enfrentamientos entre los granaderos y los jóvenes universitarios, el 1 de octubre fue el día que el Ejército Mexicano desocupó Ciudad Universitaria. Al día siguiente, el Consejo Nacional de Huelga (CNH) organizó un mitín en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.
Cientos de estudiantes, maestros, padres de familia y trabajadores se reunieron en Tlatelolco, con tal de escuchar el discurso de los líderes del movimiento estudiantil, quienes estaban en un balcón del Edificio Chihuahua.
Cerca de las 6 de la tarde, unas luces de bengala cayeron del cielo, esa fue la señal para que el ejército y un grupo de francotiradores dispararan contra la multitud. Dicha masacre dejó una gran cantidad de heridos y fallecidos, de los que se desconocen sus registros reales, aunque varios testigos aseguran que hubo alrededor de 300 difuntos.
Algunos sobrevivientes se escondieron en departamentos de las unidades habitacionales, es por ello que el Batallón Olimpia invadió muchos hogares sin una orden de aprehensión o de cateo. A otros los detuvieron y los enviaron al Campo Militar número uno o al Palacio Negro de Lecumberri, donde fueron torturados y asesinados.
Diez días después, Gustavo Díaz Ordaz inauguró los Juegos Olímpicos de México 68 en el Estadio Olímpico Universitario, bautizándolos como “Los Juegos de la Paz”, lo cual causó indignación en numerosos espectadores y televidentes tras lo sucedido en Tlatelolco.