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90 años del Fondo de Cultura Económica

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90 años del Fondo de Cultura Económica

CARLOS CASTAÑÓN CUADROS 17 sep 2024 - 08:29

Sin duda, una de las grandes instituciones culturales del país, es el Fondo de Cultura Económica (FCE). Nació en 1934, gracias al impulso de Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo la visión de construir una editorial para surtir de libros y lecturas a los estudiantes de la recién fundada Escuela Nacional de Economía en 1933. Como en todo, esa carrera nació con necesidades y carencias. En respuesta a esa situación, Don Daniel gestionó recursos, de ahí la palabra fondo, con el fin de publicar textos de economía para formar a los futuros economistas. En pleno cardenismo, consiguió un crédito del Banco Nacional Hipotecario para iniciar el FCE con el apoyo del gobierno federal, lo cual reflejó la visión de las políticas en la época. Los primeros dos libros fueron: El dólar plata, de William P. Shea; y Karl Marx, de Harold Laski.

Al poco tiempo, la editorial creció en libros e intereses temáticos: sociología, política, filosofía, historia, derecho, antropología y literatura. Como muchos, me he beneficiado de la oferta del Fondo, incluso, todavía conservo como fetiche, mi credencial de miembro de la librería, con acceso a buenos descuentos. Gracias a la editorial mexicana, pude acceder a numerosos libros a precios económicos. Mis lecturas estarían incompletas, si no fuera por la oportunidad que nos ofrece el FCE. Muchos libros los adquirí a precios simbólicos, por no decir, casi regalados. La vocación del fondo es la difusión y la educación. Por lo mismo, es loable celebrar el noventa aniversario de la institución.

En aquellos años, México tuvo la generosidad de acoger a los exiliados españoles, transterrados, para usar la expresión que utilizó el filósofo José Gaos, lo cual enriqueció culturalmente al país. Para muestra, nació en 1938, La Casa de España, que al tiempo se convirtió en el Colegio de México. De la mano de notables intelectuales españoles, el FCE realizó traducciones relevantes. En su momento, la importante obra del sociólogo alemán,

Max Weber, se publicó antes en español que, en inglés, gracias al aporte del Fondo. Cosío Villegas dirigió la editorial entre 1934 y 1948, pero su aporte no se limitó al país, sino logró la expansión hacia Argentina y Chile, donde la dictadura de Pinochet, cerró la librería. También llegó a España. Actualmente tiene una amplia presencia hispanoamericana, e incluso, tiene sucursal en San Diego, Estados Unidos. A lo largo de su historia, el Fondo tuvo vaivenes, pero logró permanecer como gran institución cultural. En su momento, el segundo director, Arnaldo Orfila Reynal, quien tomó la batuta desde 1948, fue depuesto en 1965, por el gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz. El motivo: publicar Los hijos de Sánchez, del antropólogo estadunidense Oscar Lewis, donde abordó la pobreza de una familia en la ciudad de México. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga. Tras el embate gubernamental, Orfila tuvo la solidaridad de amigos y colegas, que lo apoyaron para fundar una nueva casa editora para dicha de los lectores: Siglo XXI Editores.

Desde 2018, la llegada del escritor Paco Ignacio Taibo II, inyectó nuevos bríos a la institución, (sólo recuerden que ahí estuvo Miguel de la Madrid). Taibo se propuso bajar el precio de los libros, en colecciones emblemáticas como los Breviarios, a un promedio de cien pesos. En el mismo sentido, lanzó una nueva colección auténticamente popular, Vientos del pueblo, a precios muy bajos, que van desde los nueve a los veinte pesos. Por catorce pesos, recién leí en esa colección, Hibakusha, el testimonio brutal y conmovedor de Yasuaki Yamashita, sobreviviente de la bomba atómica lanzada en 1945, en la ciudad de Nagasaki.

Por otro lado, bajo la acertada dirección de Taibo, se lanzó una colección monumental, 21 para el 21, de distribución gratuita para escuelas, salas de lectura y estudiantes. Incluso particulares, pudieron solicitar los libros. Hablamos de 100 mil ejemplares para difundir ensayo, historia, poesía y literatura, bajo un cierto canon de autores mexicanos. ¿Qué institución o editorial tiene este alcance en Latinoamérica?

Como lector, uno se siente agradecido por el aporte del FCE a la lectura. Para mí, leer es un placer. Así que festejé los 90 años, con los buenos descuentos que ofertaron hace unos días. ¡Enhorabuena!

@uncuadros

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