Cerrarle la puerta al dragón
La Presidenta de México ha reaccionado ante la amenaza que representa una probable no continuidad de nuestro país en el T-MEC. Y es que además del amago de Donald Trump de imponer aranceles de 25% a productos mexicanos si es que Sheinbaum no contiene el flujo migratorio al vecino país del norte, ahora Canadá demanda que si no disminuye México la atracción de inversiones chinas y si se presta como "puerta trasera" para exportar productos chinos a Estados Unidos y Canadá, entonces promoverán la expulsión de nuestra nación de este importante acuerdo trilateral.
En definitiva, México es un destino atractivo, por su localización estratégica, para la segunda economía más grande del planeta que es la china. En años recientes, de acuerdo a datos de Forbes hay "más de 3 mil empresas asiáticas que se instalaron en México por el nearshoring". La mayoría son empresas de origen chino que buscan expandirse y exportar mercancías a Estados Unidos desde México aprovechando las bondades del T-MEC.
A nivel comercio, en el sector industrial nacional de calzado y textiles ha recibido una gran afectación por la invasión de productos chinos. La Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive), por ejemplo, ha reportado una caída del 8% en la producción de ropa en México, lo que ha derivado en la pérdida de 20 mil empleos. Según la Canaive, en 2023 ingresaron al país cerca de un millón de paquetes de ropa procedentes de China.
La creciente popularidad de plataformas de venta en línea como Shein, Temu y AliExpress, todas ellas con un considerable tráfico de visitas por usuario, se ha convertido en una seria amenaza para la economía local. Estas empresas de capital chino ven la gran oportunidad que les brindan las leyes mexicanas para no pagar impuestos ni aranceles.
El país asiático es el principal proveedor de autos en México con exportaciones que alcanzaron los 4 mil 600 millones de dólares, según la Secretaría de Economía. México es el segundo mayor mercado para los automóviles chinos a nivel mundial, solo por detrás de Rusia.
Por eso son importante las medidas que ha tomado el gobierno federal para detener la avalancha de productos chinos. En abril del año en curso, durante el sexenio de AMLO, se impusieron aranceles temporales a la importación de 544 productos de origen chino de entre 5% y 50%.
Esta semana que está por concluir, la presidenta Sheinbaum, ante el embate de las provincias canadienses que solicitan la expulsión de México del T-MEC, anunció en La mañanera del pueblo (así se llama), que su gobierno estaba trabajando en un plan para sustituir las importaciones provenientes de China mediante la inversión en la industria mexicana, alentando la fabricación local de productos que históricamente han sido importados, como electrodomésticos, automóviles, y productos electrónicos. También se habla de que se cobrarán impuestos a las plataformas de comercio electrónico de capital chino.
Sabe Sheinbaum de lo importante que es para nuestro país el seguir siendo parte del Tratado y está consciente del golpe que está significando para nuestra economía la invasión de productos chinos.
Por eso no ha de haber caído en gracia que, a un día de que Trump ganó las elecciones, la senadora morenista por Tamaulipas, Olga Patricia Sosa, organizara el evento "Invest Day México - China". Por esa misma razón, los gobiernos estatales tendrán que modificar sus estrategias de inversión extranjera y dejar de apuntar a China y dejar de hacer caso al embajador chino en nuestro país, Zhang Run, que juega un muy activo papel de cabildeo y lobbying entre empresas chinas y gobiernos estatales.
El mensaje es claro: cerrar la puerta al dragón.
Ladoscuro73@yahoo.com.mx