Depresión estacional
Estamos en la época de Navidad y conclusión de año, y en general a muchos nos atacan los blues de invierno; winter blues, dirían nuestros vecinos. Estos blues, nos dice la enciclopedia británica , responden a un desorden depresivo con un patrón estacional.
Los músicos la consideramos una época para componer canciones con el tema, y dicen los profesionales, como B.B King, que si no experimentas un blues, o una tristeza, tu canción no se sentirá para los que escuchen.
Estos sentimientos van poco a poco desapareciendo hasta, más o menos, marzo, cuando empiezan a llegar los recursos de la federación a los estados. Antes, pocas cosas nos animan y calientan. Y ¿cómo hacerlo si, en este mes en curso, sucede el "tradicional ajuste estacional" de los registros de empleo en el IMSS? El año pasado se perdieron más de 300 mil registros o empleos formales en todo el país, y para recuperarlos casi nos tardamos 6 meses. ¡Ups! Todos los días leemos, vemos o sabemos de las ideas fantásticas de trump (ya sin mayúscula), de anexarnos como el estado 51 o 52 si Canadá no se anima también, para que ya deje de "subsidiarnos", dijo anteayer.
Bueno, ya hasta le apagamos a la tele antes de las 12 de la noche, pues la transmisión diaria de nuestro hermoso himno nacional a la medianoche nos trae pensamientos de guerra, y en nuestros sueños nos vemos limpiando nuestro fusil, arrumbado en la bodega, para defendernos de las tropas del comando sur de los EEUU, apoyados en nuestro compañero doméstico canino que ya no se llamará "Firuláis", sino el valiente "Masiosare".
Ya empieza a subir el "rating" en diciembre de los programas televisivos sobre buenos deseos, para compensar este "feeling", aunque lo único que nos divierte son los "guamazos" que se dan en el canal del Congreso (mejor que las peleas del Canelo), porque "me vieron feo", dicen, y nos hace, dicho espectáculo, reír de tristeza, atestiguando que estos representantes (¿populares?) no se ocupen de lo importante. Ellos con que cobren su jugoso aguinaldo y ya; los demás a ver cómo le hacemos. ¡Cómo no deprimirse!
Yo les recomiendo , en las mañanas, al consultar su periódico favorito, saltarse la sección de opiniones y eventos nacionales, y abrir directamente la parte de deportes (bueno, esto si no eres aficionado del Cruz Azul, porque a ellos no se les quitará la depresión hasta que lleguen de vuelta los dinosaurios; pobres), la de espectáculos y la siempre útil página que publica recetas de cocina bañadas con "Mulled wine", que es un vino calientito con especies que reconforta el alma y el estómago.
Yo espero que estas depresiones estacionales desaparezcan aunque sea brevemente, al celebrar el nacimiento de nuestro Señor Jesús, en primer lugar, y la ilusión de volver a ver unida a la familia, aunque sea solo cenando un día , además de la esperanza que Santa me traiga, por fin, mi saxofón tenor. Espero con estas emociones llenarme de alegría hasta marzo, para en esas fechas mandar al diablo las instituciones; perdón, las depresiones.
El columnista Schetino de El Universal dijo que, cuando escribimos de economía, baja la audiencia un 50%, y si hablamos de algo internacional (que no nos gusta) la audiencia baja aún más. Por eso estoy evitando al máximo las estadísticas... Pero, carambas, ¡no se puede!
Ánimo.