Difícil acceso. Algunos inmuebles tienen sus accesos para discapacitados prácticamente escondidos. El Teatro Ricardo Castro, por ejemplo, tiene su rampa especializada detrás de sus afiches.
En sociedad, existen muchos grupos marginales, los cuales suelen sufrir por diversos factores, y uno de ellos son las personas con discapacidad.
Ya sea que utilicen silla de ruedas, muletas, padezcan ceguera, sufran de ciertas condiciones mentales, tengan enanismo o entre otras cuestiones, estas personas viven entre nosotros y, lastimosamente, son muy pocos los que les dan el aprecio que se merecen.
El problema se agrava en demasía cuando los espacios designados para los mismos se encuentran en pésimas condiciones; desde estar muy maltratados, escondidos o, incluso, ciertos lugares no cuentan con rampas o apoyos para los mismos, algo que incluso, a veces, puede ser observado en oficinas de gobierno u hospitales.
Pese a que muchos de ellos reciben ciertas ayudas gubernamentales, la mayoría de las veces no les es suficiente y necesitan de otros sustentos para poder valerse, y encima, algunos no cuentan con familiares o amigos que puedan darles cierto apoyo.
Algunas de estas personas, por sus condiciones, suelen desarrollar ciertos cuadros depresivos, ya que no pueden vivir una vida normal y común, y subsistir con una sociedad que los ignora y que muchas veces no tiene la educación para tratarlos con el respeto que se merecen no ayuda a que se sientan mejor con ellos mismos.