Duranguenses, sin cultura testamentaria
En Durango no se tiene la cultura testamentaria, y eso ha provocado una cantidad grande de juicios sucesorios y la presencia de un elevado número de viviendas intestadas.
José Miguel Castro Carrillo, notario público número 23 y Secretario General de Gobierno del Estado en la administración de Ángel Sergio Guerrero Mier (1998-2004), dijo que los notarios sí ven el problema de la falta de testamentos como algo delicado.
Explicó que, en Durango, no se tiene la cultura de preparar un testamento y dejar todo arreglado antes de morir.
Ante esta falta de cultura, cuando fallece alguna persona sin testamento, suelen presentarse muchos problemas entre los mismos familiares y más si existen inmuebles de por medio.
"La gente fallece y deja por años los juicios sucesorios y así existe mucha vivienda intestada y que los familiares no llegan a un arreglo, lo dejan para después y pasan años y ahí sigue la propiedad sin regularizarse", comentó.
Esta situación, agregó el notario, genera conflictos entre los herederos y un serio problema que se convierte después en un problema social que luego los notarios tienen que estar conciliando; a veces se pelean entre los mismos familiares por un metro cuadrado, ejemplificó.
Reconoció que en el Centro de la ciudad existe mucha propiedad deteriorada y en mal estado a la que no se le puede dar seguimiento ni remodelaciones porque está intestada o por los juicios sucesorios.
A veces, agregó, los que llegan a promover estos juicios son los nietos, "pero se tiene que cerciorar la identidad de los herederos y luego se generan muchos malestares y vemos en el Centro Histórico mucha vivienda en términos deplorables y peligrosas para la ciudadanía, bardas o techos que se están cayendo".
Incluso, el notario habló de un caso; comentó que existen familias enteras en el Centro Histórico, sin dar nombres, pero una de ellas está asentada en Bruno Martínez y las Moreras donde en una casa colonial muy suntuosas viven ahí ocho familias y nadie se sale, pues todas tienen el derecho y todas quieren la propiedad.
8 familias llegan a vivir dentro de un inmueble porque todas lo reclaman.