El voto oculto definirá la elección
Mucho se habla de la importancia que tienen las estructuras partidistas o el llamado "voto duro" en un proceso electoral, ya que, inocentemente, se piensa que con ese respaldo histórico que han tenido los partidos políticos se define o se puede llegar a definir una elección. Craso error sería pensar que el próximo 2 de junio bastará sólo con ello para ganar.
Dicen que cuando una mentira se repite tanto, se llega a tomar como verdad; y es que la elección presidencial desde su gestación partió de una premisa que todo mundo da como un hecho, pero que, en realidad, no existe. La ventaja de dos dígitos que tiene Claudia Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez ha sido una de las principales apuestas que ha hecho el régimen y los oficialistas para impulsar su narrativa y desmotivar no sólo al frente opositor sino a la sociedad civil en general.
Yo tengo grandes dudas al respecto, pues la sociedad mexicana se caracteriza porque en muchas ocasiones prefiere ocultar sus preferencias electorales con tal no recibir el "castigo" de las "mayorías" o ser criticada por los beneficiarios de los programas sociales o incluso ser discriminado de participar en determinado grupo social. La espiral del silencio, como comúnmente se le conoce a este fenómeno, ha dejado crecer ese rumor que no tiene un fundamento real y mucho menos estadístico.
Las razones que tienen esos electores que ocultan su verdadera intención de votar por un determinado candidato son múltiples y variadas. La llamada espiral del silencio es cuando los electores no expresan sus preferencias en público ya sea por miedo o por vergüenza.
El voto oculto se da en la población indecisa que a medida que va acercando el día de la elección van definiendo su voto. También está el voto estratégico de última hora que está condicionado a la percepción que tiene el votante sobre la seguridad de que su voto va a ser desperdiciado o aprovechado, más en razón de lo que siente en la casilla. También denominado "voto útil".
Y es que también, hay que decirlo, la sobre oferta de resultados demoscópicos de casas encuestadoras de dudosa procedencia, hacen que la participación ciudadana se vea alterada ya que con resultados "a modo", el oficialismo ha invertido millones de pesos para desmotivar a la gente pues pretenden hacer creer a propios y extraños que la elección está resuelta incluso desde antes de iniciar la contienda.
Entre los errores más comunes que presentan en los estudios demoscópicos están los márgenes de error, el sector de la población encuestadla, la modalidad sobre el tipo de encuesta y el sesgo en las preguntas, entre otros.
Existen errores a la hora de ajustar y ponderar los resultados de la encuesta y los yerros en el procesamiento de los datos. Otro factor relevante a considerar cuando se aplican los sondeos, son precisamente los cambios vertiginosos en el entorno de los candidatos e incluso en la relación al gobierno y también a temas coyunturales o a la guerra sucia.
Como se ha dicho hasta el cansancio, las encuestas son fotografías del momento y por ello no necesariamente van a ser resultado en las urnas. Todas las encuestas están sujetas al error, por ello se requiere una metodología clara y precisa para reducir al máximo el impacto de los errores.
Resulta increíble pensar que en seis entidades donde hay elecciones para Gobernador y que de hecho, están muy cerradas o de plano ya están del lado de la oposición, las encuestas arrojan que Claudia tiene una ventaja de dos dígitos sobre Xóchitl. Decir que las y los mexicanos están dispuestos a hacer un voto diferenciado es tan difícil de creer como que la sociedad evalúa al cien por ciento las propuestas de las y los candidatos y con base en ello, determinan su voto.
Estoy seguro que la elección presidencial a 24 días de los comicios, no está definida y tan no está claro hacia qué lado se inclinará la balanza, que AMLO hace todo tipo de acciones, legales o no, para meterle el pie a la candidata opositora.
Con todo y que el aparato de Gobierno Federal está inmiscuido hasta los tobillos en la elección, así como la irrupción del crimen organizado, el presidente muestra su nerviosismo al mantener una postura parcial y activa como si fuera el coordinador de la campaña de Sheinbaum.
El voto oculto definirá la elección y esos indecisos están, hoy más que nunca, observando cada movimiento, cada paso, cada palabra que sale de la boca de las y los candidatos. No se deje engañar, la contienda no está decidida y la última palabra la tendrá usted el próximo 2 de junio. Merecemos más de lo que tenemos, pero solo se logrará si se atreve a salir a emitir su voto. No hay otra oportunidad, es ahora o nunca.
@eduardguezh