Estructura y expresión para una estrategia contra la inseguridad

La inseguridad en México es compleja y multifactorial. Comprenderla y atenderla integralmente implica analizar muchos "factores internos" como la corrupción, la destrucción de instituciones, la desigualdad social y la creciente presencia del crimen en nuestro territorio impactando negativamente estructuras sociales, económicas y políticas; que sumados a los "factores externos" como la demanda de drogas en EUA incrementa la problemática al afectar el crimen ambos desarrollos nacionales, exigiendo su atención binacional integral.

Toda estrategia para la seguridad 'construye una estructura' con propósito y visión a futuro; analiza los factores internos y externos; elabora un plan detallado para su ejecución monitoreado constantemente para medir su efectividad y realizar los ajustes necesarios.

Donde 'los resultados se expresan cumpliendo sus objetivos con eficiencia-eficaz', manteniendo la armonía política, económica y social.

La estrategia actual contra la inseguridad en México ataca las causas estructurales de la violencia mediante programas sociales que no reducen criminalidad ni pobreza como problemas profundos agravándola el crecimiento impune de la violencia.

"La GN y fuerzas armadas NO son la solución mágica que reducirá la criminalidad actuando solos".

Son muchas las zonas geográficas y carreteras del país donde el crimen organizado aplica un control violento sobre gobierno y población, interviene en procesos electorales de ejecutivos y representantes legislativos locales-federales ejerciendo una autoridad paralela, en ocasiones y lugares superior al oficialismo.

"Propiciando el surgimiento de nuevos grupos criminales que complican la situación".

La estrategia nacional actual abandonó policías preventivas-investigadoras locales 'exponiéndolas a actuar como autoridades sometidas a cuidar los grupos delictivos'; olvidó vigorizar la participación ciudadana, 'generando tensiones entre la seguridad pública-organismos nacionales e internacionales de derechos humanos al inutilizar la institución oficial responsable'.

"Se debilitaron capacidades físicas y jurídicas de gobierno reguladoras de comportamientos y mantenimiento del orden, favoreciendo el incremento de criminalidad y corrupción".

Respecto a factores externos, la alta demanda de drogas en EUA, además de ser un mercado lucrativo para las redes del crimen escalan niveles de violencia; y el trasiego de armas EUA-México facilita armamento sofisticado a las organizaciones criminales.

"La globalización de nuestros cárteles conectados con redes transnacionales aumentan su poder y complejidad abarcando tráfico de drogas, armamento, personas y contrabando de artículos".

Al iniciar la actual administración, a pesar de firmar la continuidad del T-MEC para la búsqueda del desarrollo trilateral, rompimos la relación bilateral MÉX-EUA en la atención compartida de la seguridad, 'intentando recuperarla sin lograrlo con los Entendimientos del Bicentenario', negociados desde inicios del 2021 y firmados en diciembre, definiendo compromisos mutuos para mejorar la seguridad y prosperidad de ambos estados, en un trato reconocido entre iguales.

"La inseguridad en México es devastadora". Políticamente mina la legitimidad del gobierno creando tensiones sobre las estrategias de seguridad. Económicamente desincentiva la inversión, promueve la economía informal y genera costos adicionales para las empresas. Socialmente desintegra comunidades y desplaza familias creando traumas psicológicos en la población. A nivel cultural y legal normaliza la violencia e impunidad eternizando un ciclo de criminalidad. Ocasiona tensiones con EUA sobre cómo abordar crimen transnacional, control fronterizo y derechos humanos.

"La inseguridad se volvió un problema estructural que requiere soluciones integrales y contundentes".

Diseñar y aplicar una estrategia operativa y humanista es un urgente desafío que exige empezar por precisar los espacios geográficos prioritarios en crisis actual que rebasan los límites políticos estatales y contener la expansión de las problemáticas confrontadoras.

Profundizar en la identificación emocional, el apego y rechazo de ayuda externa en la ciudadanía que ha conseguido el crimen con esta convivencia y sometimiento prolongado (síndrome de Estocolmo), que solo se superará con acciones de instancias estatales y no estatales que lo atiendan individual y colectivamente, aplicando programas de recuperación social bien definidos y manejados por especialistas, 'incentivando la participación ciudadana y medios de comunicación'.

Simultáneamente, construir y operar "Centros de coordinación-colaborativa de Seguridad Pública y Justicia" para cada espacio geográfico crítico; obtener información de inteligencia, prevenir la violencia-delito con acciones no coercitivas y policiales, policiales de reacción e investigación federal y fuero común que "persigan el delito" y perfeccionen carpetas de investigación ¨procuradoras" de justicia ante el juez que la imparte.

"Todo esto con la presencia y apoyo directo-cercano de las Fuerzas Armadas responsables de garantizar la seguridad interior".

Materializando una estrategia nacional unificadora, dinámica y cambiante, 'con una estructura exitosa que se exprese aplicando acciones positivo-progresivas' en los espacios críticos prioritarios y estados federados, agrupando todas las instancias estatales y no estatales que atiendan estos temas en 3 vertientes de estrategia: "Político-Social, Jurídico-Penal y de Comunicación Social".

* El autor de esta colaboración es General de División Diplomado de Estado Mayor y

Maestro en Seguridad y Defensa Nacionales.