Exponen la visión de Diego Rivera sobre la mexicanidad
Dos retratos y un boceto en los que Diego Rivera trató de reconstruir el rostro de Cuauhtémoc, el último tlatoani, a partir de las osamentas descubiertas por la arqueóloga Eulalia Guzmán, son parte de la exposición “Sobre los huesos de Cuauhtémoc y de Hernán Cortés. Diego Rivera y el gran debate sobre la mexicanidad” que presenta el Museo Mural Diego Rivera.
Esta muestra, la cual reúne cerca de un centenar de piezas, entre escultura, dibujo, pintura, gráfica, fotografía, así como documentos, explora el tema de la Conquista de México y cómo este periodo fundamental de la historia mexicana fue tratado por el muralista y por otros artistas, con la intención de consolidar una identidad nacional a través del arte, durante el siglo XX.
BASADO EN EULALIA GUZMÁN
Uno de los momentos centrales de la exposición son las fotografías donde se ve a Diego Rivera, junto con otros especialistas, examinando lo que Eulalia Guzmán señaló como los restos de Cuauhtémoc, descubiertos por la arqueóloga en 1949, en Ixcateopan, Guerrero, a partir de un documento supuestamente firmado por el fraile Motolinía, en el cual se describe la ubicación del entierro.
Rivera, que realizó una serie de dibujos para reconstruir el rostro del último tlatoani, respaldó firmemente el hallazgo de la también profesora mexicana, lo cual causó controversia, ya que científicamente se negó que los restos pertenecieran al líder mexica.
Este hecho, antecedido por el descubrimiento de los restos de Hernán Cortés en la Iglesia de Jesús Nazareno de la Ciudad de México, en 1946, alentó en los artistas de la época revisiones críticas sobre la Conquista, como se muestra en la primera planta del museo, con obras como Los teules III y VII (1947), de José Clemente Orozco, el estudio preparatorio e imágenes sobre la realización del mural Tormento de Cuauhtémoc (1950), de David Alfaro Siqueiros o el óleo Nuestros abuelos (1960), de Jorge González Camarena.
PERSPECTIVAS DE LA MUESTRA
Una de las riquezas de la exposición es que también muestra distintas búsquedas plásticas con la que los artistas trataron el tema, como la abstracta de Vicente Rojo, Sin título [Batalla de La Conquista] (1958), los gouaches poco conocidos de Francisco Marco Chillet, Enfrentamiento. Españoles y nobles mexicas (1963) o las piezas del Taller de la Gráfica Popular, como Cortés y el maíz (s.f.), de Mariana Yampolsky y Cuauhtémoc contra el mito (1950), de Adolfo Quinteros.
Abordajes diversos también están presentes, como la de Gustavo Monroy con su extraordinario Nuevo biombo de La Conquista (2012), en el que mezcla la lucha armada de la Conquista y la actualidad mexicana, o la escultura en obsidiana Reservorio (2017), de Jorge Ismael Rodríguez, que expresa la herida abierta que suscitó este episodio histórico.
El recorrido también incorpora artistas previos al siglo XX, como Rodrigo Gutiérrez, de quien se exhibe el dibujo El senado de Tlaxcala (XIX), en el cual se ve a los tlaxcaltecas discutiendo su alianza con los españoles, o el busto de Hernán Cortés, realizado por el arquitecto Manuel Tolsá, en 1784.