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LEYENDAS URBANAS

La Judía del Sabino: Una trágica historia de amor

Conoce la historia de dos enamorados que fueron asesinados por un acto de odio.

La Judía del Sabino: Una trágica historia de amor

FERNANDO RAMÍREZ H 6 nov 2024 - 19:15

El Museo de Arte Moderno Guillermo Ceniceros está situado en la casa del Sabino, una residencia con mucha historia en la capital del Estado. Muchos años atrás, este recinto fue testigo de una trágica historia de amor que sigue marcando esos aposentos: La Judía del Sabino

A finales del Siglo XVIII, un comerciante judío llamado Josué arribó a la ciudad de Durango junto a su esposa Sara y su hija María. La familia provenía de la Ciudad de México, llegaron sin recursos económicos y decidieron invertir sus últimos ahorros en un terreno para construir su casa en la capital duranguense. Don Josué logró construir su casa y fue formando una huerta a sus alrededores, la cual fue bautizada por los vecinos como "La Huerta del Sabino", por el ahuehuete que tenía en el centro.

La familia vivía de lo que cultivaban en su huerto, sobre todo hortalizas y arboles frutales de donde se abastecían para comer y vender sus frutos. Poco después, falleció Sara, la esposa de Josué y madre de María, quien se hizo cargo de los quehaceres del hogar en lugar de su progenitora. 

Con el pasar del tiempo, la hortaliza se llenó de hierba y la fruta comenzó a caer de los árboles por culpa de los riegos, provocando que el negocio decayera y la ruina persiguiera a la familia. Don Josué se vio obligado a contratar a una persona que ayudara a trabajar en la huerta, no quería reclutar a un varón por el riesgo que cortejara a su dulce e inocente retoña. Al final le dio chamba a un muchacho de 18 años llamado Juan, un individuo inteligente, trabajador y respetuoso que ni volteaba a ver a la muchacha, dejando tranquilo al patrón. 

Con el transcurrir de los meses, la economía familiar empezó a mejorar debido a que el negocio dejó saldos muy favorables. No obstante, no todo era felicidad. Don Josué empezó a notar que María se levantaba muy temprano todas las mañanas, al igual que Juan, descubriendo que existía un romance entre ellos. Despidió a Juan y lo amenazó con que se alejara de su hija o lo mataría. Procedió a castigar a la pobre María con golpes y latigazos. 

Una noche, le informó a su hija que iría a la ciudad de Durango y volvería al día siguiente, ese fue un pretexto para esconderse detrás del Sabino, sospechaba que Juan frecuentaba la huerta para ver a María. Observó que Juan brincó la barda y se dirigió sigilosamente al tronco del sabino cuando la casa estaba completamente a oscuras, intuyendo que la chica estaba dormida. 

El padre avanzó 3 pasos, levantó el fúsil y le disperó a Juan, quien cayó al suelo agonizando. Josué se acercó con un puñal para rematarlo, pero se encontró con la desagradable sorpresa que tambien hirió a su propia hija.

El joven corrió desesperado a abrazar a su amada, la besó y abrazó hasta que sus ojos se cerraron para siempre. Poco después, Juan falleció por la herida, dejando a Josué incrédulo por lo que hizo, se clavó el puñal varias veces en el corazón hasta que pereció desangrado. 

A día de hoy, muchos testigos aseguran que en las noches del mes de julio, se ve la silueta de una mujer que se acerca al tronco del árbol en El Sabi9no, lugar donde se encuentra a su enamorado, los duranguenses la bautizaron como "La Judía del Sabino". 

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