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LETRAS DURANGUEÑAS

La poesía vital de Petronilo Amaya

La poesía vital de Petronilo Amaya

SANDRA GALINA FABELA POBLANO 15 jul 2024 - 04:03

La poesía siempre será el mejor bálsamo para las heridas, cada vez más profundas, que nos deja un tiempo cargado de presagios. Lo comprobé, con sincero regocijo, al leer los poemas del poeta Petronilo Amaya. Con este nuevo poemario, El bálsamo y la herida, nos demuestra que no se ha dormido en sus laureles, sino que sigue buscando caminos, por intrincados que sean, que lo lleven al mundo maravilloso de las palabras precisas.

Nos encontramos a un poeta en plena madurez, que sabe discernir los significados de lo que rebulle en su conciencia, para crear poemas de aparente sencillez, que al leerlos con atención nos muestran que están hechos con paciencia y sabiduría; con nostalgia por un pasado que se seguirá añorando, y esperanza por un futuro donde aún haya posibilidad de restañar heridas.

Amaya es un poeta que no se deja llevar por modas ni espejismos, que no se atiene a los fulgores de la inspiración, sino que abre la puerta al imperativo de dar paso a su voz escondida en la luz esplendorosa de su imaginación. Por eso se pregunta:

"¿En qué momento/ tu letra tornará/ suave mi gesto?" Y se responde: "Cuando amenaza/ bestia melancolía/ tu ardor, adarga. /Sin los poemas/ ávido de tu aliento/ llama el abismo."

En Restricciones, un poema donde el tiempo se detiene, nos dice:

"No pases por alto/ las llamas que entreveas/ al escribir, / nada tienen que ver/ con las miserias padecidas/ allá en la infancia".

Nos permite vislumbrar que su lucha contra sus demonios es incesante, pero que gracias a ellos debe mantenerse despierto para enfrentarlos y salir indemne. ¡Vaya que lo logra!, como se advierte a lo largo de la lectura, una lectura que nos invita a imaginar el difícil proceso creativo cuando se hace de modo consciente con el compromiso de no seguir el camino fácil del relumbrón.

Bálsamo es añorar el pasado sin rencores ni resabios, y Amaya lo hace con excelente manejo de la palabra precisa:

"Nuestros padres sembraban/ en nosotros no solo resignación, / sino buenas semillas/ para que el porvenir fuera mejor." Con un dejo de regusto e ironía, rememora la Noche Buena en su natal Coneto de Comonfort, un poblado serrano de Durango donde la vida transcurre sin prisa: "Amanecía y se armaba el alboroto:/cada uno presumía sus presentes. Los nuestros, modestos, descansaban/ mientras patines, balones y carros de pilas de vecinos y primos/ rendían a tope. / Varias Navidades/ ahí mismo terminaron su viaje...".

Lo que aprendieron en ese entonces sus hermanos y Petronilo, fue una lección imperecedera:

"la felicidad es relámpago/ que se nutre y nutre lo sencillo".

Así es, pero eso sólo sale a flote en los ríos y arroyos que conservan la pureza de lo intocado, un anhelo cada vez más improbable en un mundo plagado de ambiciones sin sentido. De ahí su remembranza del padre gambusino", que nos recuerda mucho al mayor Sabines de su hijo Jaime:

"Mi padre,

El gambusino

Que bajó de la sierra,

En busca de trabajos menos arduos;

Descendiente de clérigo,

Fue volviéndose ateo,

Sin perder el humor

Heredado de algún ancestro arriero.

Sus ojos claros

No dejaban de perforar historias,

Entre oralidad y recuerdos"

Así nos explicamos la causa de que su hijo deviniera en poeta, gambusino de sueños, a pesar de vivir en otro tiempo, ajeno por completo al que vivieron sus ancestros, personajes salidos de las novelas dieciochescas, en las que aún rezumaban escenarios fulgurantes sin asomo de contaminación.

La herida, muchas heridas, son el legado a nuestros hijos. A nuestra generación le tocó, no por mala suerte, sino por la deshumanización producto de un mal llamado progreso. De ello es plenamente consciente Petronilo Amaya. Por eso, como un justo reclamo, finaliza su poemario así:

"Bálsamo o herida, colmas/ mi camino de equipaje invaluable". Y más adelante puntualiza: "Ya todo es desafío y vamos juntos, / con buena cara, por si la simiente brota".

Tendrá que brotar, tarde o temprano, pues mientras haya un poeta que no tenga pánico al misterio, la vida seguirá brotando donde menos se la espera, "una interrogante en blanco/ barquito de papel repleto de remedios". este miércoles 17 a las 18:00 horas se presenta en el marco de la fedul).

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