Los segundos empujan a los primeros
En política, las posiciones se dan a través de acuerdos y negociaciones, máxime si en la mesa hay dos o más partidos políticos los que deciden; y claro que el lugar cuenta e impacta durante y al finalizar la campaña.
Tal es el caso de las fórmulas al Senado en Durango. Ya transcurridas las campañas, a más de la mitad, ha quedado más que evidente que las segundas posiciones están empujando, cuesta arriba, a las primeras, en lo que respecta a las alianzas más fuertes: Juntos Hacemos Historia y Fuerza y Corazón por México.
Ha destacado que los avances entre las candidatas del PAN, PRI y PRD han sido dispares, pues resulta que Gabriela, "La China", Hernández busca posicionarse con agenda y comunicación, al contrario de la nula planeación y mala comunicación de Gina Campuzano.
Tras revisar un par de entrevistas de ambas candidatas, aún y la amplia distancia en posibles años de experiencia, resalta la desigual preparación entre una y otra. Aquí aplica en que los años no son garantía en conocimiento. Lo mismo que aplica el "creer que lo dominas todo" y no haces lo posible en estudiar y prepararte (recomiendo ver entrevistas de cada una).
La humildad y lo terrenal son dos factores que son notables en personajes políticos, en el líder y en el equipo. Eso desciende de arriba hacia los colaboradores, lo cual es evidente también en ambos perfiles. Por más que se lucha en proyectar cercanía, llaneza y autenticidad en la panista, ha resultado contraproducente (como los traspiés en sus intervenciones, en eventos y entrevistas; bailes y tacos).
Y en el carril de en frente sucede algo similar: Margarita Valdez empuja con todo a su compañero que, de entrada, carga con una comunicación que ni siquiera corresponde cuando fue alcalde, todavía más añeja, tipo de los 80's.
A diferencia de Margarita, el exalcalde no lleva una agenda, ni por tierra, ni por aire. Pareciera que su único interés es llegar, sin importar en qué lugar.
Es aquí donde los costos salen a relucir, al pegar contra pared con los intereses particulares, dejando de lado los generales de una alianza o coalición, cuya esencia es ganar una elección e integrar una verdadera oposición. Y al final, la carga se convierte en empujar, cuesta arriba, a su compañero de fórmula.
@ArlnContreras