Nuestras tierras, nuestro futuro
El día de hoy 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, quizás la efeméride ambiental más importante del año. Es común que en esta fecha muchos nos concretemos a decir: "No hay nada que celebrar", son puras malas noticias. Quizás por eso el lema de este año de esta importante fecha sea además de provocador una invitación a la acción: Nuestras tierras. Nuestro futuro.
Somos la #GeneraciónRestauración, con un particular énfasis en el fortalecimiento de la Resiliencia frente a la sequía, considerada ésta última como una amenaza a la integridad de los ecosistemas, que termina destruyéndolos. Cuando la sequía se asocia a una mala gestión de los recursos, se ocasiona la desertificación o degradación de tierras y aguas en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas.
En esta ocasión la Organización de Naciones Unidas (ONU) se apoya en su Convención de Lucha Contra la Desertificación (CLD), para destacar la importancia de Restaurar los ecosistemas que han sido degradados y detener la desertificación en vías de lograr una mayor resiliencia frente a la sequía, particularmente en aquellos grupos que viven actualmente un estrés hídrico elevado y crítico. Contar con ecosistemas y suelos sanos es fundamental en esta importante tarea.
En México como en La Comarca Lagunera la desertificación avanza progresivamente, se pierde el suelo por efecto de la erosión hídrica y eólica debido a la ausencia de la capa de vegetación. Los ecosistemas comarcanos más afectados son los matorrales, los pastizales áridos, la vegetación de galería y el acuífero subterráneo.
La restauración de los mencionados ecosistemas significa favorecer su recuperación hasta su estado original. A veces con eliminar el factor que presiona al ecosistema es suficiente, el resto lo hace la naturaleza, otras veces, requiere una ayudadita, repoblamientos, revegetación y manejo de suelos.
En el caso del acuífero quizás sea necesario además de suprimir el factor o los factores de presión más importantes, gestionar la recarga de agua primero midiendo la que naturalmente pudiera estar ocurriendo y segundo induciéndola en los sitios ya identificados. Una tarea titánica si se considera el grado de afectación que tiene por el intenso abatimiento a que ha estado sujeto durante más de medio siglo, sobreexplotándolo con una visión extractivista que urge frenar si queremos garantizar la seguridad hídrica de los laguneros, ante los no tan lejanos impactos está teniendo en nuestra región el cambio climático.
De acuerdo con la FAO (La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), las proyecciones de un gran proyecto de Restauración Mundial, que va de aquí a 2030, que pretende 350 millones de hectáreas restauradas de ecosistemas terrestres y acuáticos, traerá los siguientes beneficios: podría generar 9 billones de dólares estadounidenses en materia de servicios ecosistémicos, la restauración podría eliminar también de 13 a 26 gigatoneladas de gases de efecto de invernadero. Los beneficios económicos de estas intervenciones exceda 10 veces el costo de la inversión, mientras que el costo de la inacción es tres veces mayor que el costo de restauración.
Ahora mismo, en la Reserva Ecológica Municipal de la Sierra y Cañón de Jimulco se está llevando a cabo la restauración del humedal lagunero en el río Aguanaval, en los cañones de La Cabeza y El Realito, a la par de anteriores y actuales reforestaciones de plantas nativas en los ejidos Barreal de Guadalupe, Pozo de Calvo y La Colonia. Estas son noticias que pasan desapercibidas a pesar de su importancia, las cuales deben celebrarse el día de hoy, 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente.