Penúltima visita de AMLO: Entre felicitaciones y abucheos

La visita de un Presidente a cualquier entidad siempre es clave, no solo por lo que representa políticamente, sino porque en cada visita se espera que deje al menos algo de beneficio para la población, por eso, con el anuncio de una nueva visita del presidente, Andrés Manuel López Obrador a Durango, se generó mucha expectativa.

Tanto simpatizantes, como detractores, no querían perderse la oportunidad de asistir al evento, que podía ser, quizá, la última visita de AMLO como Presidente, al estar por concluir su mandato en este año.

Se presentaron diferentes grupos, los que daban felicitaciones y aplausos, los que con lonas se manifestaban por promesas no cumplidas y otros, que con abucheos, se quejaban de las autoridades locales; primero le tocó el abucheo alcalde y luego al gobernador.

Aunque el evento estaba agendado para iniciar a las once de la mañana, hubo gente que arribó desde las 8, a la prensa se le citó a las 9, por lo que alcanzó el tiempo para observar como estaba la organización, los pormenores, contar los filtros de seguridad, que fueron dos, y se pudo también saludar y platicar con los compañeros.

Como en cualquier evento político formal, había vallas de seguridad, varias divisiones, clasificaciones, porque en el discurso todos somos iguales, pero en la práctica, al parecer, cada quien debe en cierto lugar.

Había lugares para los allegados, los invitados especiales y militantes de Morena, algunos que pasaban por en medio de las vallas sin voltear a ver, caminaban como en alfombra roja.

Los espacios de atrás fueron ocupados por los que llegaron tarde y por los manifestantes, que no pasaron el filtro por sus lonas, aunque también había algunas pancartas con mensajes positivos para el Presidente, y mucha gente tomándose "la selfie" del recuerdo, aunque fuera desde lejos.

Al menos, el Presidente llegó puntual, se anunció su arribo y comenzó el protocolo, la presentación de autoridades, con los abucheos correspondientes para los locales, luego vinieron los mensajes de los funcionarios del gabinete federal, y por fin, el anunció de un proyecto que beneficiará a los duranguenses: una potabilizadora.

Entre todo lo que dijo, comentó que va a regresar a Durango, entre la algarabía entre los asistentes, que además, remataron con “reelección, reelección”, dijo que no. Se despidió, después de poco más de 30 minutos de su discurso.

López Obrador recibió porras, gritos y el típico “es un honor estar con Obrador, es un honor estar con Obrador”, con muchos aplausos tras cada anunció, y hasta gente que se ponía de pie, como cuando alguien gana un premio.

Los comerciantes también aprovecharon la visita, había mercancía como cuando se asiste a un concierto, y se encuentran las playeras o accesorios de la banda favorita, con sus fanáticos comprando.

Se podían encontrar muchas cosas guindas, chalecos, chamarras, gorras, pines, calcas, llaveros, calendarios, muñecos y hasta figuras con imán para el refrigerador.

Además del personal de logística y seguridad, llegaron temprano muchos adultos mayores, se bajaban de taxis, de vehículos particulares, y otros no se sabía en qué llegaron, pero llegaron, sorprendía porque también se vieron en sillas de ruedas o con sus bastones, a paso lento, pero firme, como caminando a un lugar donde ya los esperaban.

La cita fue en el Parque Guadiana, en la zona del Polideportivo 450, y el movimiento se dio dentro y fuera, porque en calles aledañas, se cortó la circulación, entonces había que caminar un poco más para ingresar.

Inmediatamente de que se clausuró el evento, toda la gente se movió para retirarse, a la prensa la dejaron salir, hasta que se fuera el Presidente.