Presupuesto optimista
El pasado 15 de noviembre la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) presentó al Congreso de la Unión para su análisis y aprobación el Paquete Económico 2025, que incluye la ley de ingresos, el presupuesto de egresos y las modificaciones que sufrirán las leyes fiscales para mantener los ingresos que requiere el gasto gubernamental.
La retórica de la clase política, que presume de recursos financieros prácticamente ilimitados en cada discurso, se enfrenta cada con la realidad presupuestal que define, de manera muy clara, las prioridades de cada nivel de gobierno. El diseño institucional en materia fiscal que existe en nuestro país hace que el Gobierno Federal sea el principal recaudador y distribuidor de los recursos financieros.
El presupuesto del Gobierno Federal es el más importante y el que más dinero distribuye a la población vía transferencias directas de recursos, ya sea becas para alumnos de los diversos niveles educativos o por pertenecer a alguno de los segmentos de población que es beneficiaria de los programas sociales que están garantizados como derechos en la Constitución. Las pensiones para adultos mayores, las transferencias para personas con discapacidad y otros forman parte de este último grupo.
Las pensiones (contributivas y no contributivas) y los distintos programas sociales que garantizan transferencias cada vez tienen un mayor peso en el Presupuesto de Egresos de la Federación del próximo año. Para garantizar ese nivel de egresos se tienen que hacer proyecciones para una gran cantidad de variables macro económicas en la parte de los ingresos que algunos expertos consideran demasiado optimistas.
Por ejemplo, existe un consenso respecto a la proyección de crecimiento del PIB en México para 2024 y se estima en alrededor del 1.5%. Con esta base, diversos organismos internacionales e instituciones mexicanas como el Banco de México, realizan proyecciones del crecimiento para el año 2025 que son menores a las que se presentó la SHCP en el paquete económico 2025.
Mientras que en el paquete económico de 2025 el gobierno proyecta un crecimiento del PIB en el rango entre 2% y 3%, organismos internacionales e incluso el Banco de México, tienen estimaciones menores en rangos menores, que no alcanzan el 3% de crecimiento para 2025.
Alcanzar un nivel de crecimiento de 3% significaría un aumento de 100% respecto al crecimiento que se espera tenga el país en 2024. Independientemente que un 1.5% de crecimiento no alcanza a cubrir los requerimientos demográficos del país en términos de empleo, no es posible pensar en un aumento de 100% sin tener una serie de condiciones que lo hagan posible.
En este sentido, los próximos dos años serán cruciales para definir si en algún momento de este sexenio esas condiciones pueden cumplirse. El 2025 marcará el inicio del segundo período presidencial de Donald Trump en los Estados Unidos, y ha prometido una serie de medidas que tendrán un impacto importante en nuestro país.
Por un lado, ha prometido que desde el primer día de su mandato firmará órdenes para deportar a una gran cantidad de personas migrantes ilegales, y de éstos una gran cantidad serán mexicanos. Aunque sea materialmente imposible deportar a los millones de mexicanos que están viviendo en los Estados Unidos de manera irregular, el pánico que se desatará entre la comunidad mexicana que vive en los Estados Unidos hará, que entre muchas consecuencias, pueda bajar el monto de remesas que anualmente recibe México.
Por otro lado, es posible que se impongan aranceles a productos mexicanos para proteger la industria estadounidense.
Como puede ver, estimado lector (a), existen demasiadas variables internas y externas que impactan en los montos que resulten aprobados tanto en la ley de ingresos como en el presupuesto de egresos y que hacen complicado, por decir lo menos, pronosticar que la economía mexicana puede tener un dinamismo en 2025 que signifique un crecimiento de 100% con respecto a este 2024.
X: @jesusmenav
