Homenaje. Amigos recordaron al patrocinador y fubolista Alberto Silerio Vázquez, a unos meses de su muerte.
La amistad es un valor al que no todos los seres humanos se hacen merecedores; sin embargo, hay quien en la Tierra se llena de amigos y estos siempre estarán ahí, en la vida y más allá. Es el caso de Alberto Silerio Vázquez, quien hace algunas semanas dejó este plano para juntarse al Creador y este fin de semana sus amigos y familiares le recordaron y le brindaron un sentido homenaje, en el lugar donde a él más le hubiera gustado: un campo de futbol.
Fue precisamente en el campo de futbol "Rodríguez" de la Ciudad Deportiva, donde se le brindó un homenaje póstumo a quien fuera un baluarte y soporte en el patrocinio de uno de los equipos de mayor trascendencia y trayectoria en la Liga Durango de Futbol para Veteranos, en dónde amigos, compañeros y dirigentes de ese organismo, se dieron cita para realizar un juego de futbol entre militantes de la escuadra Transportes Silerio Compean.
En el protocolo estuvieron presentes su esposa, Lupita Compean Medina Veitia, hijos y demás familiares, realizar un vibrante y emotivo acto de despedida y añoranza.
Juventino Gálvez y José Santos Triana, quiénes fueron parte en la dirección del gran equipo Transportes Silerio Compean, dieron a conocer una breve reseña de los numerosos títulos y años que conjuntamente con Alberto Silerio Vázquez, llevaron a este conjunto de futbol en la Liga Durango en diferentes categorías a varios títulos y finales para colocarse entre los mejores equipos y con un una gran trayectoria.
De igual forma el representativo de la Selección de Futbol para Veteranos Durango, el patrocinador y jugador, Marco Antonio "Mexi" García, hizo énfasis de la amistad y don de gente de Silerio, quién llevó a este gran equipo a lograr títulos en esta liga, pero la amistad que profesó con sus jugadores fue elemental para sus logros.
Y finalmente para culminar esta ceremonia de homenaje póstumo el jugador, Martín "Camacán" Simental, encabezó conjuntamente con las muchas familias que se dieron cita en el terreno de juego, jugadores y amigos, rezar "El Padre Nuestro" para así pasar a al deporte de sus pasiones.