Salud sexual y reproductiva
La salud sexual y reproductiva son términos que a menudo se confunden o se utilizan indistintamente, sin embargo, representan aspectos diferentes e igualmente importantes de la salud humana.
En estos términos que comúnmente se entrelazan es importante comprender sus diferencias para abordar adecuadamente las necesidades de las parejas y los individuos que la ejercen.
Salud sexual
La salud sexual se refiere a un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Esto incluye la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y segura, así como libre de discriminación, coerción y violencia.
Ésta implica la libertad de tomar decisiones informadas sobre la propia sexualidad y el acceso a los servicios de salud sexual adecuados, con el objetivo de decidir responsablemente los aspectos relacionados con la orientación sexual e identidad de género.
Es importante en la salud sexual, que se tenga acceso a información actualizada, verídica, completa y científica sobre la sexualidad, para evitar cualquier tipo de discriminación.
Salud reproductiva
Por otro lado, la salud reproductiva se centra en la capacidad de las personas para tener una vida sexual segura y satisfactoria, y la libertad de decidir si quieren tener hijos, cuándo y cuántos. Esto incluye el acceso a servicios de salud que permiten a las personas planificar y gestionar su reproducción, así como el cuidado durante el embarazo y el parto.
La salud reproductiva también abarca la prevención y el tratamiento de la infertilidad, la atención postaborto y la promoción de relaciones de pareja saludables.
Es importante comprender que la salud sexual y reproductiva son independientes y se complementan entre sí. Por ejemplo, el acceso a anticonceptivos no sólo permite a las personas planificar sus familias, sino que también ayudan a prevenir embarazos no deseados y, por ende, reduce el riesgo de abortos inseguros y complicaciones relacionadas.