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LETRAS DURANGUEÑAS

Saramago en sus palabras

Saramago en sus palabras

ÓSCAR JIMÉNEZ LUNA 24 jun 2024 - 14:37

Se puede sentir el aire fresco y limpio de una lectura. Cuando el pensamiento y la imaginación dan lugar a la expresión sincera sobre las cosas del mundo. Siente uno ese aire fresco y limpio -subrayo- cuando habla el premio Nobel de literatura del año 1998, en el libro "José Saramago en sus palabras" (edición y selección de Fernando Gómez Aguilera, Alfaguara, 2010).

El escritor portugués, ya universal, alcanzó la celebridad con una docena de historias inolvidables, porque son ante todo una espléndida síntesis de humanidad. La sonrisa compasiva -muy cervantina, por lo demás- una verdadera disposición del corazón, ilumina gran parte de sus personajes...y le mereció millones de fieles lectores en no pocos idiomas. La travesía de Blimunda, la que nunca se rinde, y su Baltasar Sietesoles; la caja de espejos de Fernando Pessoa y sus reflejos heterónimos; el devenir de un Jesucristo más terrestre que celeste; e incluso la existencia de los Maltiempo; sin dejar de lado las deslumbrantes pesadillas de la pandemia de la ceguera, la identidad duplicada, los exilios de la muerte o la rebeldía ciudadana frente a partidos y personajes políticos. Un universo pleno de vivencias que logran lo extraordinario -sobra decirlo- por la grandeza del estilo literario.

Saramago, también se dio tiempo, entre ficción y ficción -tocadas por la realidad más concreta-, de recordar y opinar sobre diversas experiencias y visiones personales. La afortunada selección del editor, con unas muy esclarecedoras introducciones temáticas, haciendo acopio de libros, revistas y periódicos, nos revela la parte que vincula a Saramago con los otros, y quizás principalmente con su yo más íntimo. De tan variado repertorio de puntos de vista, citamos una muestra, con el fin de invitar a los incondicionales del autor de "Memorial del convento", y a quienes todavía no lo frecuentan, por supuesto, a aproximarse, una vez más, al universo intelectual que, atraídos por la profundidad y sencillez, nos ocupa en esta ocasión:

"Más vale equivocarse que mostrar indiferencia" (La Opinión de Granada, Granada, 27 de diciembre de 2008).

"Lo que realmente nos separa de los animales es nuestra capacidad de esperanza". (Alphalibros, Mendoza, 2000).

"Lo peor que podría ocurrir al hombre sería no morir, porque una vida eterna se convertiría en una vejez eterna. Es necesario que imaginemos cómo viviríamos cien, mil o un millón de años en un cuerpo humano envejecido. Si queremos seguir viviendo, hay que morir". (El Diario Montañés, Santander, 11 de julio de 2006).

"Hay dos Quijotes: uno, que tiene una vida sin importancia, y otro, que nace en el momento que empieza a caminar". (Expresso, Lisboa, 8 de noviembre de 1986).

"Cada vez más, somos menos autores de libros y cada vez contribuimos menos a la formación de una conciencia". (Diario 16, Suplemento Culturas, 11 de febrero de 1989).

"Lo primero que se le dice al poder es no: No un no porque sí, sino porque el poder debe ser vigilado permanentemente. El poder siempre tiende a abusar, a excederse". (Lusitano, Lisboa, 15 de marzo de 1990).

"Todo el mundo habla de derechos y nadie de deberes, quizás fuera buena idea inventar un Día de los Deberes Humanos". (ABC, Sevilla, 11 de diciembre de 1993).

"El gran problema hoy es que los chicos y las chicas no tienen pasado. Sólo tienen presente". (El Tiempo, Bogotá, 9 de julio de 2007).

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