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OPINIÓN

Violencia electoral y necrosis del Estado

Violencia electoral y necrosis del Estado

DIEGO PETERSEN FARAH 10 feb 2024 - 09:00

El crimen organizado rampa a sus anchas y la pregunta obvia es cuál será su peso en las elecciones de 2024. Hay muchas formas en las que el crimen organizado participa en los procesos electorales, desde el financiamiento ilegal en campañas presidenciales o de gobernador, hasta la violencia política que termina con la vida candidatos o precandidatos. En la elección del 2021 la participación del crimen organizado en varias de las elecciones distritales y municipales fue noticia, incluso se llegó cuestionar qué tanto habían influido en el resultado final de algunos estados, particularmente en Sinaloa.

La violencia política es un tema preocupante de cara al próximo proceso electoral. Un estudio de Integralia Consultores* ubica seis estados (Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Morelos y Chiapas) como estados de muy alto riesgo de violencia política e intervención del crimen organizado en los procesos electorales y nueve más (Baja California, Sonora, Chihuahua, Tamaulipas, Zacatecas, Guanajuato, Estado de México, Tabasco y Veracruz) con riesgo alto. Esto significa que en la mitad de los estados del país el crimen organizado amenaza, agrede o asesina funcionarios públicos, financian campañas, impone candidatos, moviliza o inmoviliza el voto e interviene en las destrucción o alteración del material electoral.

La intervención electoral, al igual que el control territorial, se da principalmente a nivel municipal o local. De los ochos candidatos o precandidatos que han sido asesinados desde el inicio del proceso electoral en septiembre pasado, seis eran candidatas o candidatos a presidencias municipales o a regidor, uno a diputado local y una más al senado de la república.

Si cerramos la lente y hacemos foco en el nivel municipal, de acuerdo el mismo estudio, en Jalisco 23 de los 125 municipios, casi uno de cada cinco, tienen una alta incidencia delictiva asociada al crimen organizado y en cinco de ellos (Puerto Vallarta, Encarnación de Díaz, Acatlán de Juárez, Arenal y Tonalá) existe una alta competitividad electoral, por lo que la intervención del crimen organizado podría incidir en el resultado final.

No es negando el problema como lo vamos a resolver. El riesgo de violencia en los procesos locales se va a incrementar conforme se acerque la fecha de cierre de los registros de candidaturas para las alcaldías y regidurías. En los municipios donde se combina la presencia de crimen organizado y el conflicto entre bandas con alta competitividad electoral el riesgo de violencia se concentrará en los días previos de la elección y en la jornada misma.

Solemos minusvalorar la violencia en elecciones municipales como si fueran menos importantes que las estatales o nacionales. Pero la democracia, al igual que el Estado, nace del territorio. La pérdida de la calidad de nuestra democracia en los municipios equivale a la necrosis de una parte de nuestro cuerpo llamado México.

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