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LETRAS DURANGUEÑAS

Y sueño blancos mares

Y sueño blancos mares

 EVERARDO ANTONIO TORRES 24 jun 2024 - 14:38

Duermo en el eco tenue que se perdió en los labios de mujeres amantes románticas, etéreas... y sueño blancos mares con su velo de pájaros y sueño barcas blancas con su tremor de velas encendidas de luna, envueltas en ocasos, en las olas fugaces, en un sueño de arena.

Busco amar en silencio las hojas del otoño, amar como gacela la flecha que la hiere y la convierte en viento que vuela sin retorno hasta una estrella niña, hasta un copo de nieve, hasta el eco perdido de los ausentes pasos en la calleja oscura de las caricias tenues.

Duermo en el sortilegio de los senos amantes, en los pequeños soles, oscuros, temblorosos; duermo en los ventanales y me miro en los ojos de los espejos mudos, de los mares distantes... de la herida en la flecha,

Del recuerdo constante de mujeres etéreas, románticas... amantes.

El canto de una piedra, el canto de una piedra se derrama en la luna incipiente del otoño.

Ay de mis hojas negras, ay de mi lluvia triste.

Nacido en el beso de las aguas con el filo de los acantilados... se llena de la brisa,se viste con las lágrimas.

En la sombra sutil de los aleros es silueta de espejo que refleja el perfil de los senos amorosos en el viejo dintel de la ventana. Se anuda en el recuerdo, ocaso que cintila en las negras pupilas de otro tiempo, en las gotas nocturnas de la rosa.

Ay de mi rosa triste, de mi aurora que sangra su partida.

Resuena a contravoz en los guijarros cuando el agua acaricia su locura y penetra el oído, la penumbra, la pátina, la hierba... Ay, de mis notas tristes, de mis sueños bogando en una barca. El canto de una piedra sabe a llanto, a salitre en el alma de la herida, a soledad de noche aletargada, a sonrisa fugaz que se refleja en el agua que corre persiguiendo la sombra de un velero en los mares de un viejo calendario.

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