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OPINIÓN

El país más democrático del mundo

El país más democrático del mundo

JESÚS SILVA-HERZOG 6 ene 2025 - 08:33

La sorpresa de la presidenta ante una crítica fundada parece auténtica. ¿Cómo es posible que alguien sugiera que los mecanismos de la democracia han servido en México para desmontarla? Sheinbaum no concibe que los instrumentos de la democracia pueden volverse en su contra. No parece haberse topado con una discusión que es tan vieja como la Revolución Francesa. Desde aquellos tiempos se sabe que la mayoría puede demoler el edificio de la representación plural, puede tirar los contrapesos que impiden el despotismo, puede celebrar la anulación de las minorías. Se sabe desde hace mucho: con votos se puede matar a una democracia; con votos se puede legitimar la dictadura.

Sheinbaum respondía a Héctor Aguilar Camín quien, con buenas razones, advertía en su última columna del 2024 que los instrumentos de la democracia mexicana sirvieron para destruirla. Con votos en el congreso se anularon los contrapesos. Con reformas a la constitución se canceló la independencia del poder judicial para sintonizarlo a la tonada del oficialismo. Con el respaldo de la mayoría se cancelaron derechos fundamentales. Lo llamativo es que, para la presidenta de México, el argumento sea absurdo. Sheinbaum podría haber rechazado la conclusión del historiador, pero para ella el argumento mismo es risible. Cuando escuchó a un reportero pedirle una reacción a lo dicho por el historiador, la presidenta quedó pasmada y fingió reír. No rechazó la conclusión del articulista. Mostró que el argumento le resultaba inconcebible. Para ella los instrumentos de la democracia: el voto y las asambleas legislativas no pueden más que servir a la democracia y todo lo que hagan será necesariamente en su beneficio. Los siglos recientes nos advierten lo contrario. Pero la idea que de la democracia tiene Sheinbaum es elemental: se reduce a la fuente del poder, pasando por alto su ejercicio. ¿Y eso cómo es?, preguntó confundida, ante la sugerencia de que estaba imponiéndose el despotismo de la mayoría. Aferrada a una frase que repetía su antecesor, Sheinbaum no puede si quiera considerar el argumento del crítico. Su cabeza está sellada. ¿Cómo podría derrotarse la democracia con democracia?, pregunta. Para la presidenta la democracia está hecha de una sola pieza: es voluntad popular y solo es eso. No es deliberación, ni legalidad, ni conformación de contrapoderes, ni derechos de minorías, ni respeto a los procedimientos constitucionales.

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