El cártel del Milenio o de los Valencia impuso y mantiene un código de silencio a tal grado que aquel que represente un riesgo, sin importar que sea familiar o colaborador, debe ser eliminado. El pacto no escrito llevó ya a la tumba a quienes desertaron o quisieron alejarse de ese grupo criminal.
Tal es el caso de Rodolfo Valencia, familiar de los jefes de ese grupo criminal, quien intentó separarse de la banda, pero al cual el cártel de los Valencia ejecutó a principios de este año para evitar una "traición".
De acuerdo con el expediente A/122/2003 en poder de EL UNIVERSAL, el crimen fue ordenado por Luis Valencia a principios de año, luego de que el ex colaborador del cártel y familiar fue ubicado en Zapopan, Jalisco, lugar donde trataba de pasar inadvertido como comerciante de una miscelánea.
El crimen, ejecutado el primero de julio pasado en Zapopan, lo preparó una célula de sicarios y ex presidiarios comandados por un ex policía, que fue contratada por 150 mil pesos 15 mil dólares para consumar el crimen de quien era conocido como El cocinero , Rodolfo Valencia.
La organización
Considerada por la subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) como una de las organizaciones más violentas y poderosas, al cártel de los Valencia, se le creyó hasta hace pocos años una organización menor.
Sin embargo, después de la operación Milenio en el año 2000 y al descubrirse sus nexos con capos colombianos, como Fabio Ochoa, se reconoció su peligrosidad y conformación como cártel. Por ello, hoy se le considera como una de las organizaciones criminales que "más preocupa" a la SIEDO, no obstante la captura de varios de sus principales líderes, incluido Armando Valencia, El Juanito , el 16 de agosto pasado.
Desde los años 70, cuando el antecesor del grupo, José Valencia, comenzó con la siembra de mariguana y amapola en el municipio de Aguilillas, Michoacán, la banda criminal mantiene una constante expansión.
Informes de la SIEDO revelan que el grupo del narcotráfico disfrazó por mucho tiempo sus actividades con la producción y comercialización de aguacate, por lo cual son llamados también Los Reyes del Aguacate .
Después de su principal líder Luis Valencia, el cártel del Milenio está conformado por una serie de jefes más que incluyen a Óscar Nava Valencia, José Pineda, Eric Valencia y Octaviano Mora, entre otros.
La ejecución
A mediodía del primero de julio, cuatro asesinos llegaron hasta la esquina de las calles de Sierra Tapalpa y Río Tuxcacuesco, en la colonia Las Águilas, del municipio de Zapopan. Ahí, se ubica la miscelánea Susy, cuyo propietario, Rodolfo Valencia, había sido sentenciado a muerte por el cártel del Milenio.
Alfredo Guadiana Pérez, ex policía municipal de Tonalá, junto con los ex convictos Carlos Alonso González González, Bartolo Soto Maldonado y un sujeto apodado El Chino , fueron instruidos para eliminar a El cocinero . El primero fue el contacto con la organización y los tres restantes sólo ejecutores, de acuerdo con el expediente del caso.
Las instrucciones desde mayo fueron recibidas, "por órdenes del jefe hay que chingar a un sujeto que trabajó para ellos y se cambió de trabajo", confesó el ex policía ante el Ministerio Público tras ser detenido días después del crimen de Rodolfo Valencia.
Su jefe era, según su propia confesión, Luis Valencia. Él pagó toda la operación, según confirmó también su cómplice Carlos Alonso González González, quien además reclutó a Bartolo Soto Maldonado y a El Chino .
El día del crimen, Guadiana Pérez se mantuvo alejado del lugar del crimen, en su tienda de celulares. Su amigo Carlos y sus dos cómplices se reunieron a dos calles de donde se ubicaba la tienda de su víctima. A El Chino se le entregó la pistola para consumar el crimen, por el cual cobró 4 mil dólares.
No discutieron el plan. Uno disparaba, los otros dos serían el "muro" a bordo de una camioneta. Así, cuando Rodolfo Valencia salió de la tienda que había montado por su cuenta para alejarse de la organización, se acercó El Chino y a quemarropa disparó hasta en cuatro ocasiones antes de huir.
Escaparon en una camioneta que abandonaron calles adelante para abordar otro vehículo. El dinero fue repartido entre todos los participantes, pero alguien tomó las placas del último automóvil y la policía ubicó el vehículo en horas y pudo detener a Guadiana Pérez y González González. Los otros dos están prófugos, pero identificados.
No obstante, el objetivo había sido cumplido: el cártel de los Valencia eliminó a un potencial riesgo que podría identificar la forma de operar de la organización y lograr el desmantelamiento.