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“La Quemada”, belleza natural

Agencias

Zacatecas, Zacatecas (Agencias).- Al sur de la ciudad de Zacatecas, en la enorme llanura que se extiende dentro del municipio de Villanueva, destacan las impresionantes y famosas ruinas de “La Quemada” o Tuitlán, que dominan el paisaje del alto valle del río Malpaso-Juchipila.

Esta zona arqueológica se compone de numerosas plataformas de mampostería de varias dimensiones adosadas al cerro, que funcionaron como basamentos para las estructuras superiores. Sobre los costados sur y sureste de esa elevación se encuentra una alta concentración de edificaciones de índole ceremonial, varias de las cuales son complejos de plataformas patio-hundido y altar-pirámide, un atributo arquitectónico típicamente mesoamericano. Sobre el costado poniente se hallan múltiples plataformas o terrazas, que, al parecer, corresponden a estructuras habitacionales más que ceremoniales.

Los edificios cubren y rodean las cumbres sur, noroeste y noreste del Cerro de los Edificios. Las estructuras arquitectónicas yacen sobre basamentos construidos con lajas de toba riolítica, que fueron adosándose a diferentes niveles sobre la roca madre. Las enormes cortinas de lajas que forran las laderas de este macizo montañoso, funcionaron como muros de contención de extensas terrazas que soportaron las estructuras monumentales y permitieron la ampliación de los espacios arquitectónicos durante diferentes períodos.

Un aspecto singular de “La Quemada” lo constituye la red de caminos empedrados y pavimentados que conectó a los conjuntos arquitectónicos entre sí y con distintos puntos en el valle. La zona arqueológica se distribuye en cuatro sectores principales, entre los que destacan la Acrópolis y la Ciudadela.

Para acceder a aquélla, donde se localizan las construcciones importantes, se construyó la Calzada Mayor, un camino pavimentado de 35 metros de ancho que asciende por espacio de 400 metros. El impresionante eje visual y las dimensiones masivas con que fue trazada, en relación con otros monumentos de la zona arqueológica, permiten señalar que esta obra representó la mayor inversión de fuerza de trabajo a lo largo de la historia constructiva del asentamiento. Su finalidad probable fue magnificar la sacralidad del acceso al centro ceremonial, morada de los dioses.

SECTORES

El segundo sector, presidido por la Ciudadela, está delimitado por un muro de cuatro metros de alto por cuatro de espesor, y que cuenta con dos accesos, a partir de una monumental escalera de 70 metros de longitud.

Los dos sectores restantes están compuestos por series de terrazas escalonadas, cuyo uso original todavía se desconoce. Es posible que la mayoría de ellas fuese habitacional, pero otras pudieron albergar talleres o utilizarse para actividades agrícolas.

Todos los elementos arquitectónicos de “La Quemada” fueron construidos con lajas de toba riolítica, extraídas de la loma que se observa hacia el noreste de la Pirámide Votiva. Para unir las lajas se empleó un mortero compuesto de arcilla y fibra vegetal que, con el paso del tiempo, se fue erosionando y provocó el deterioro de los muros. Sobre esta mampostería fueron puestos varios aplanados de barro y un encalado pulido; hoy en día, únicamente se observan pequeñas secciones del acabado original.

Los estudios realizados hasta ahora permiten determinar que el conjunto monumental que se conserva fue construido en distintas épocas. Sabemos que en el núcleo de mampostería de la zona arqueológica existen edificaciones anteriores, cubiertas por los rellenos de etapas constructivas posteriores. Si se considera a la totalidad de los elementos, desde las extensas calzadas y los numerosos sitios menores vinculados por ellas a “La Quemada”, ésta es una zona arqueológica singular en el mosaico de sitios mesoamericanos.

HISTORIA

Debido a la distancia que existe entre “La Quemada” y el centro de Mesoamérica, esta zona arqueológica ha sido objeto de distintas interpretaciones por parte de historiadores y arqueólogos, quienes han intentado correlacionarla con otras culturas arqueológicas. Se ha supuesto que este lugar pudo ser el legendario Chicomostoc, un sitio Caxcán, un enclave teotihuacano, un centro tarasco, un bastión contra chichimecas, un emporio tolteca o, simplemente, un desarrollo independiente y capital de los grupos indígenas asentados al norte del río Grande de Santiago.

En 1615, fray Juan Torquemada identificó a “La Quemada” como uno de los lugares visitados por los aztecas en su migración hacia la Cuenca de México, donde dejaron ancianos y niños. Clavijero, en 1780, asoció este lugar con Chicomostoc, donde los aztecas permanecieron nueve años durante su viaje al Anáhuac. Esta especulación dio paso a la tradición popular que identifica a “La Quemada” con el lugar mítico llamado "Las Siete Cuevas".

Los trabajos arqueológicos efectuados en esta zona a partir de la década de 1980, principalmente, han permitido precisar que “La Quemada” se desarrolló entre los años 500 y 900 d.C. (periodo Clásico) y que fue contemporánea a la Cultura Chalchihuites, caracterizada desde los primeros siglos de nuestra era por una intensa actividad minera.

ASENTAMIENTOS

“La Quemada”, “Las Ventanas”, “El Ixtepete”, varios asentamientos mayores en los Altos de Jalisco y el área del centro norte de Guanajuato formaron una red de intercambio vinculada al Bajío (500-700 d.C.) y posiblemente a Teotihuacan (350-700 d.C.), que se extendía desde el norte de Zacatecas hasta la Cuenca de México. Es posible que los nexos establecidos por los teotihuacanos se dieran con las elites locales de los centros ceremoniales de dicha red; o bien por la alianza de varios intermediarios locales, o porque pequeños grupos de mercaderes teotihuacanos, residentes en esos centros, eran quienes aseguraban el flujo de los diversos recursos y productos, como minerales, sal, conchas, plumas y obsidiana, entre otros.

Entre los años 700 y 900 d.C., “La Quemada” ya no formaba parte de esa red y, como lugar dominante del intercambio a nivel regional, empezó a competir con algunas localidades aledañas. Durante este tiempo, el sitio adquirió un carácter defensivo; evidencia de ello es la construcción de la muralla sobre el flanco norte del lugar; además de la cancelación de tres escalinatas dentro del conjunto monumental con el propósito de restringir la circulación. Por las huellas de incendio que se han encontrado en varias partes del sitio se infiere un abandono repentino del asentamiento.

LA CALZADA MAYOR

Esta explanada se extiende a partir de la plaza que está al frente del Salón de la Columnas, donde inician numerosas calzadas de menores dimensiones que atraviesan el valle de Malpaso. Para construir esta calzada, así como la gran mayoría de los caminos, se levantaron muros colaterales hechos de laja y cantos rodados; posteriormente, el área entre ellos fue rellenada con lajas y un pavimento de arcilla y guijarros. Si se toma en cuenta la proporción de este elemento respecto al resto del sitio, destaca por su tamaño. Existen, además, vestigios de dos altares sobre el extremo que da a la entrada principal. Estudios recientes, verifican la existencia de más de 170 kilómetros de caminos que cruzan el valle e interconectan a numerosos sitios arqueológicos menores.

SALÓN DE LAS COLUMNAS

Este recinto de 41 por 32 metros, probablemente alcanzó una altura de más de cinco metros antes del incendió que ocasionó su destrucción. En su interior de observan once columnas que fueron soporte del techo. Hasta ahora se desconoce su función especifica, aunque los trabajos realizados en la década de 1950 indican un uso ceremonial, posiblemente relacionado con el sacrificio humano.

EL JUEGO DE PELOTA

Esta estructura de carácter mesoamericano, está construida sobre una enorme plataforma que se extiende desde el norte de la Pirámide Votiva hasta la escalinata de acceso sobre el talud sur del juego. Mide 70 por 15 metros y presenta la característica forma de “I”; sus muros laterales son tan anchos como los del Salón de las Columnas (2.70 metros) y de las cuales se ha inferido una altura original de entre tres y cinco metros. La baja altura actual de los muros se debe a que se usó como banco de materiales (lajas) ¾ durante casi dos siglos para la construcción de la Hacienda de “La Quemada” y sus potreros.

LA PIRÁMIDE VOTIVA

Esta estructura de más de diez metros de altura, llama la atención por la pendiente de sus taludes. Durante los trabajos de Corona Núñez, en 1955, se hallaron vestigios de un talud con los restos de la escalinata que ascendía sobre el costado sur de la pirámide. Con el paso del tiempo, las partes media y superior de ese talud se desmoronaron sobre la base, la cual se aprecia en la actualidad. Originalmente la escalinata llegaba a la cima de la pirámide, donde existía al parecer un recinto o templo construido con materiales perecederos.

LA ESCALINATA

A unos 30 metros al poniente de la Pirámide Votiva se descubre esta escalinata, que era utilizada como acceso principal a los niveles superiores del sitio. Se construye en dos etapas: la primera, que alcanzó aproximadamente la parte media de la altura ahora observada, tuvo, al parecer, forma redondeada y podría asociarse con estructuras ahora desaparecidas; la segunda, de mayor altura, llegó al andador del segundo nivel, el que a su vez, se vincula con una escalinata de dos rampas que asciende al tercer nivel. En un momento dado, la escalinata principal fue cancelada por cuestiones de defensa, mediante el muro de contención que limitó el paso al andador.

LA MURALLA

Por la parte norte del cerro se llega a lo que se ha denominado “La Ciudadela”; ésta es una concentración de construcciones de uso ceremonial y defensivo. Destaca la muralla, que circunda el sitio tanto por sus dimensiones (cuatro metros de alto por tres de espesor) como por su ubicación sobre el cantil que rodea a las partes norte y noreste de la zona. Al parecer, esta estructura fue construida hacia el final de la ocupación de “La Quemada” y, tal vez, representa uno de los mejores indicadores de los problemas que enfrentaron los residentes del sitio, así como la perseverancia por permanecer en él.

PLATAFORMAS HABITACIONALES

Al circular por el conjunto del tercer nivel del sitio, sobre el flanco poniente del cerro, se observan numerosas plataformas que, según los trabajos recientes, son áreas habitacionales; hasta la fecha se han detectado 25 estructuras, construidas hacia el año 650 d.C.

NOTA RELACIONDA

MUSEO DE SITIO

Visítelo

El Museo de Sito y Unidad de Servicios de “La Quemada” fue construido entre los años 1993 a 1995 con la participación del Gobierno del Estado de Zacatecas, la Secretaría de Turismo y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

El museo sobresale por su arquitectura y diseño y busca integrarse con el entorno y la zona arqueológica, sin afectarlos visual ni físicamente. Cuenta con sala de exposiciones temporales, amplios espacios para servicios educativos, cafetería y tienda. El techo del edificio es una gran terraza desde donde se puede disfrutar del paisaje y del sitio arqueológico. Las salas de exposición permanente brindan al visitante una introducción a la arqueología del estado de Zacatecas, particularmente sobre las culturas Loma San Gabriel, Chalchihuites y “La Quemada”, todas ellas constituidas por grupos sedentarios del la frontera norte de Mesoamérica.

FICHA TÉCNICA

CÓMO LLEGAR: Esta zona arqueológica, se localiza a 50 kilómetros al sur de la ciudad de Zacatecas, dentro del municipio de Villanueva, sobre la carretera federal No. 54 (Guadalajara-Saltillo).

ACTIVIDADES: Se puede realizar un recorrido por la zona disfrutando del paisaje. Agradables actividades propias de ecoturismo, fotografía y un excelente esparcimiento. El museo tiene amplios espacios para servicios educativos y didácticos, así como para la realización de actividades interactivas.

RECOMENDACIONES: Llevar agua para tomar, ropa y calzado cómodo, gorra para el Sol, filtro solar y cámara fotográfica. No levantar tepalcates, no desprender piedras, no subirse a las estructuras.

UBICACIÓN: Carretera Federal No. 54 (Guadalajara - Saltillo) a 50 kilómetros al sur de la ciudad de Zacatecas.

TELÉFONOS: (492) 250 85 y 204 03 (INAH)

DÍAS DE SERVICIO: De martes a domingo (Cierra los lunes).

HORARIO: De 10:00 a 17:00 horas.

ENTRADA GENERAL: $7.00.

NOTA: El acceso y cuota a este museo son independientes a los de la Zona Arqueológica.

Escrito en: “La, Quemada”, zona, metros

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