El monumento formó parte de la Hacienda de San Diego de Navacoyán. La capilla fue edificada por Pedro de Minjares. La construcción se compone de una torre de un solo cuerpo. Los arcos están formados por pilastras estriadas que se dividen en tres partes formando otras más pequeñas. Remata en un tambor octagonal, media naranja y una cruz de hierro.
La portada es de un solo cuerpo y la ventana coral. El vano de la entrada está formado por unas sencillas pilastras que sostienen un arco de medio punto en cuya clave se encuentra esculpida la Virgen de Guadalupe. A los lados, sosteniendo el entablamento se encuentran dos pilastras lobuladas y acanaladas que descansan sobre zócalos con guardamalletas y cuyo fuste se encuentra dividido en dos partes. En la parte superior aparecen dos grandes roleos que se enrollan como pergaminos, sobre ella las pilastras terminan en capiteles triples. Las enjutas tienen motivos vegetales. El friso presenta rombos y óvalos horizontales. Sobre la cornisa y emergiendo de un tímpano roto del que se descuelgan guirnaldas truncas, lo que da una idea de la medialuna, está la ventana que tiene jambas lisas y prolongadas sobre el dintel hasta llegar a una cornisa que permite que se vea más alta. A los lados, en forma vertical, la ventana está adornada con dos grutescos. Sobre la cornisa también se encuentran dos pináculos sentados sobre zócalos con guardamalletas. Finalmente en la azotea se encuentra una pequeña pirámide con una cruz de cantera y otros dos remates a los lados.
El cuerpo de la iglesia se encuentra techado de viguería, observándose todavía vigas policromadas en el presbiterio. El altar es neoclásico; fue construido con cantera en el año de 1887, dedicado al Señor de Santa Teresa, un cristo de gran veneración en la Ciudad de México durante el siglo XVIII. La imagen de Navacoyán esta pintada al óleo y se encuentra enmarcada con un fino labrado de flores de cantera en la parte central. En la capilla lateral se encuentra un sencillo altar neogótico donde se venera a San Juan de Sahagún, un santo agustino.
El puente de Navacoyán, también llamado Puente del Diablo, se sitúa a 100 metros del casco de la hacienda del mismo nombre. Desplantado sobre el río Tunal. Fue construido por Pedro Minjares en 1782. Se compone de doce arcos de medio punto, construidos por tabique y apoyados en muros de piedra volcánica (material abundante de la región denominada “Malpaís”), con antepechos del mismo material. La estructura se compone de dos partes: una que permite el paso de vehículos y peatones, y la segunda que formaba parte de un acueducto. Esta última también está construida por piedra volcánica apoyada en los mismos soportes del puente. Todavía en dos de los arcos centrales se pueden observar las vigas de madera que formaban la cubierta original. Esta obra constituye el puente más antiguo en la entidad, todavía en la ciudad de Durango hasta la década de los años setenta, se localizaba un puente similar (el Puente del Obispo), sin embargo fue demolido en el entubamiento de la Acequia Grande.
La casa grande de la hacienda se ubica enfrente de la capilla. Presenta una disposición rectangular, con un portal al frente, con dos pequeños torreones y almenas sobre la azotea, dichas estructuras además de otorgarle un aspecto de reciedumbre, servían para protegerla de los posibles ataques de los apaches que asolaban en ese entonces. La construcción fue terminada el 4 de octubre de 1810, de acuerdo a la fecha inscrita dentro del portal.
b) Historia y desarrollo
La Hacienda de Navacoyán se encuentra ubicada en un asentamiento ocupado anteriormente por los tepehuanes, antes de la llegada de los españoles. El primer propietario de las tierras, que posteriormente sería la hacienda, lo fue Alonso de Pacheco, compañero del fundador de Durango, Francisco de Ibarra. El citado conquistador recibe en encomienda a los indígenas del lugar y las tierras mercedadas en 1563. La estancia pasó por varios propietarios, inclusive a la Compañía de Jesús en el siglo XVIII. En 1768 el marqués de Torrecampa, José de Cossío y Campa, vende a Pedro de Minjares de Salazar, el cual fue el que construye la capilla que existe en la actualidad, además del Puente del Diablo en 1782. Dicha obra cruzaba el lecho del río Tunal, para posteriormente dirigirse a la ciudad de Durango. Es por eso que la finca era considerada la puerta de entrada a la capital del reino de la Nueva Vizcaya. Llegando hasta el lugar los Cabildos y demás comitivas para recibir las visitas importantes. Fray Agustín de Morfi, capellán del Comandante de las Provincias Internas de Occidente, Teodoro de Croix en 1777, destaca la importancia de la hacienda, describiendo que en esos momentos acaba de concluir la construcción de una presa, otorgando a la finca de ser la más productiva de la región.
Los hijos de Pedro de Minjares vendieron la finca a José Martín de Chávez, comerciante de la Ciudad de México, fungiendo como dueño hasta su muerte acaecida en 1805. Posteriormente sus herederos vendieron Navacoyán y varios sitios del Mezquital a los hermanos Joaquín, Juan y Leandro Sánchez Manzanera Salas, en 1810. Finalmente es heredada a Felipe Pérez Gavilán en 1858.
c) Fecha y lugar de los registros más recientes:
Los bienes se encuentran catalogados con los números de clave 100051080001, 100051080002 y 10005060001; de la capilla, casa grande y el puente respectivamente del Nacional de Catálogo de Monumentos Históricos Inmuebles.
c) Estado actual de conservación:
La capilla y el puente se encuentran en aceptable estado de conservación, no así la casa grande. Esta última se encuentra abandonada, sin embargo en la actualidad se han empezado trabajos de restauración.
e) Políticas y programas relacionados para la promoción del bien: Inclusión del bien dentro de los monumentos del Proyecto Binacional: “El Camino Real de Tierra Adentro”.
FICHA TÉCNICA
a) País: México.
b) Estado: Durango.
c) Nombre del bien: Capilla de San Diego de Navacoyán y Puente del Diablo
d) Localización: Localidad de Navacoyán, municipio de Durango.
Longitud: 104° 33’ 16”.
Latitud: 24° 01’ 28”.
Altitud: 1860.00 m.s.n.m.m.
JUSTIFICACIÓN DE LA INSCRIPCIÓN
a) Estado trascendente:
El inmueble propuesto formó parte de la Hacienda de San Diego de Navacoyán, además de la capilla, se localiza otra construcción de gran importancia de la ruta, el Puente del Diablo.
b) Análisis comparativo (peritaje):
El estado del monumento se encuentra en condiciones aceptables, con un estado de conservación bueno. Debido a que sigue realizando funciones en la actualidad.
c) Autenticidad/integridad:
d) Bajo qué criterio esta la propuesta:
La pauta en que se está basando la propuesta es poner en valor la construcción del sitio, debido a que la antigua Hacienda de San Diego de Navacoyán era considerada como la puerta de entrada a Durango del Camino Real de Tierra Adentro, debido a que constituía la última jornada antes de arribar a la capital de la Nueva Vizcaya.