Para Mayela del Carmen
A principios de la vida independiente en el siglo XIX, Lucas Alemán estableció una sociedad con la Compañía Unida de Minas, firma inglesa que iniciaría la explotación del fierro en Durango a través de la ferrería llamada de Piedras Azules, fundada en 1828 en la cercanía de la ciudad de Durango.
La compañía inglesa cedió en 1840 sus derechos sobre la ferrería a Manuel Bras de Fer y Julio Lehman, quienes introdujeron gran cantidad de maquinaria para hacer más operativa la empresa.
A mediados del siglo XIX la ferrería fue adquirida por el hacendado Juan Nepomuceno Flores Alcalde, quien en sociedad con el inglés Marcos Ison renovó tecnológicamente la industria. En esta época, hacia 1855, se construyó la Casa Grande de la hacienda industrial tal como se conserva actualmente. En 1886, a la muerte de Juan N. Flores, se hizo un nuevo contrato de explotación entre Rosa Flores, heredera de su padre, con su primo y cuñado el general Juan Manuel Flores, gobernador de Durango.
En 1892, con la llegada del ferrocarril, otra ferrería fue instalada en las faldas del Cerro de Mercado con un mayor desarrollo tecnológico que la Ferrería de Flores, por lo que, en desventaja competitiva, en 1893 paró sus actividades. Un nuevo intento por operarla de nueva cuenta terminó en un devastador incendio, por lo que cerró sus puertas de manera definitiva en 1899, quedando abandonada la fundidora y sus accesorías, incluso la Casa Grande, que después sería adquirida por Elpido G. Velásquez y más adelante por el comerciante José Saracho. Durante este tiempo estuvo a merced de los saqueadores y buscadores de tesoros que contribuyeron aún más a su estado ruinoso.
Totalmente en ruinas la Casa Grande fue adquirida y restaurada en 1965 por el señor Robert Anderson y después fue adquirida por el señor Gerard Mertins, ambos lograron restituir a la Casa Grande su magnificencia y adquirieron de diversas casas de la ciudad de Durango, pero fundamentalmente de Michoacán y Jalisco, el mobiliario de la nueva residencia. En 1988 fue expropiada por el Gobierno del Estado por causa de utilidad pública y los muebles de mayor valor fueron trasladados entonces a la Casa de Gobierno para su decoración.
En enero de 1998 el artista duranguense Guillermo Ceniceros donó al Gobierno del Estado una gran colección de obras de arte de su autoría y con ellas se conformó el Museo de Arte que lleva su nombre en la Casa Grande de la ex hacienda, abriendo sus puertas el 3 de agosto de ese año.
Los últimos muebles de valor que se conservaban en la antigua ex hacienda pasaron a enriquecer los acervos de los museos de la Revolución y la Pinacoteca del Estado. Injustamente cuestionada la utilidad pública del espacio, en la actualidad se enfrenta un litigo para anular el decreto expropiatorio y, por tanto, cerrar las puertas del museo a la comunidad.
EL MUSEO DE ARTE GUILLERMO CENICEROS
El Museo de Arte Guillermo Ceniceros fue formado a partir de la colección que el artista duranguense donó al pueblo de Durango en enero de 1998, en ocasión de la exposición-homenaje que le realizara el Gobierno del Estado.
Es, sin duda, el más grande e importante de los museos de Durango y uno de los más importantes del Norte de México, tanto por su dimensión como por la calidad de la obra, la museografía de la misma pero, sobre todo, por los servicios que presta como visitas guiadas, tienda, espacio lúdico, talleres efímeros, conciertos, cursos, conferencias.
Abierto al público a partir de agosto de 1998 tras ser restaurada integralmente la vieja ex hacienda de Ferrería de Flores, fue cuidado y diseñado por uno de los más importantes museógrafos del país, el maestro Rodolfo Rivera, quien logró una perfecta conjugación entre el arte contemporáneo y la arquitectura de la vieja casona, como otros grandes museos del país. Integrado por once salas de exhibición, a lo largo del recorrido del museo es posible admirar las diferentes facetas y temas trabajados por el maestro Ceniceros a lo largo de su vida creativa.
Por sus dimensiones y su colección es, sin duda, uno de los grandes museos de autor del país. Forma parte de los proyectos de desarrollo y consolidación de la política cultural del estado y su penetración en la comunidad lo ubica ahora como un espacio de gran potencialidad en el turismo cultural de la entidad.
El museo ha atendido en su breve vida un promedio de más de 1,800 visitantes por mes, siendo uno de los museos del estado con más asistentes y el museo de arte más concurrido en la entidad, por lo que se ha convertido en un pilar significativo en el proyecto integral de desarrollo cultural de Durango, tanto por el número de público atendido, como por los servicios que presta.
Desde su apertura, este museo ha venido a participar activamente en el fortalecimiento y desarrollo de la infraestructura cultural de Durango, impulsando el desarrollo cultural de la entidad, además de contribuir con la política cultural, que tiene como objeto central fortalecer la identidad duranguense.
EXPOSICIONES
QUÉ VER
El museo instalado en la Casa Grande de la Ferrería está conformado por diez salas de exposición, espacio lúdico, tienda-librería, cafetería y ocho hermosos jardines, además de sus espacios necesarios para administración, de tal forma que el recorrer los espacios del museo se convierte en una agradable visita y una gran experiencia.
Las salas de exposición Uno a la Cinco exhiben de manera permanente obra del maestro Guillermo Ceniceros, en las que dan cuenta de la trayectoria del maestro. Las salas Seis a la Once se destinan a la exhibición de obras de otros artistas contemporáneos también de gran trayectoria.
Sala Ubo. Del Paisaje. Traslada al espectador a las reminiscencias del entorno donde el maestro Ceniceros nació y se desarrolló. Sus característicos paisajes recuerdan las formas majestuosas de la sierra de Durango, pero también la aridez de las montañas de Nuevo León. Las texturas de las obras invitan al espectador a acercarse más a la obra, a querer tocarla.
Sala Dos. El Estudio del Artista. Esta sala está integrada por un resumen gráfico de las magnas obras realizadas por él dentro y fuera del país, así como imágenes de su vida familiar, se reúnen también diversas herramientas de trabajo del propio artista.
Sala Tres. Los Anamórficos. Tal vez una de las salas más atractivas del Museo, muestra la experimentación que con la figura humana y los espejos realiza el maestro, torsiones y distorsiones que permiten reconocer lo relativo que puede ser realidad para la vista.
Sala Cuatro. Articulables. Sin duda un homenaje a sus orígenes, la sierra de Durango, esta sala con esculturas en madera articulables permiten explorar y experimentar con las posibilidades del cuerpo humano.
Sala Cinco. Obra Gráfica. Juegos de luces, colores, formas y sensaciones nos permiten reconocer en la obra gráfica a uno de los más importantes grabadores contemporáneos de México, con un dominio y maestría en las diversas técnicas.
PARA MUY OBSERVADORES
De visita
Adéntrese en los grandes espacio de la ex hacienda y descubra los ocho jardines interiores de la casa. Todos muy diferentes entre sí.
En dos de los jardines podría observar dos hermosas fuentes art noveuo de fierro forjado ¿Podrá descubrir el vertedero y la fuente de los pelícanos?
En el jardín del Torreón se conservan algunas antiguas ruedas de molino de piedra, y otras mas de carretas ¿Podría localizarlas?
El pozo del jardín del patio principal conserva su antiguo brocal de fierro, aunque está cubierto para evitar accidentes ¿Podría descubrir el pequeño jardín de descanso y el jardín privado de la terraza?
TIPS
La hacienda cuenta con un pequeño Torreón, que se construyó para la defensa, contra los indios apaches, a mediados del siglo XIX. Por razones de seguridad se encuentra cerrado. Solicite en la administración permiso para subir, es realmente interesante y la vista desde la parte superior es impresionante.
Si quiere conocer un estudio del pintor en vivo, localice en el jardín posterior el taller de Rogelio Rodríguez Ángel, un extraordinario pintor duranguense que allí realiza su trabajo por las mañanas.
Cuando visite el museo pregunte por Don Dimas, quien con gusto podrá platicar con usted, en una amena charla de las leyendas e historias de la casona.
La capilla anexa al Museo forma parte de la hacienda, es una construcción del siglo XIX, pequeña, confortable, acogedora, aunque está llena de luz, invita a la comunión espiritual. No deje de admirar allí el altar de la Virgen del Refugio y el mausoleo de la tumba del Gral. Juan Manuel Flores. En el atrio descubra el curioso y original Vía Crucis realizado en pequeños nichos en los muros.
LOCACIONES
Para curiosos
La Ferrería ha servido como escenario para la filmación de más de diez películas y dos telenovelas (Alondra y Clarisa), además de numerosos comerciales, películas experimentales y cortometrajes realizados por jóvenes cineastas. Entre las películas que se han filmado allí son: Estampida en 1958 con Luis Aguilar; La cárcel de Cananea en 1960 con Pedro Armendáriz; Los Invencibles en 1969 con John Wayne; Cuchillo en 1977 con Andrés García; Sansón y Dalila en 1983 con Víctor Mature; Un Hombre violento con Valentín Trujillo en 1983; Loco Bronco con Hugo Stiglitz en 1989; La Monja Ensangrentada en 1990 con Guillermo Capetillo; Leyendas de amor y muerte en 1991 con Hugo Stiglitz; Héroe de un solo Hombre conocida durante la filmación como El Batallón de San Patricio con Tom Berenguer en 1997 y Ah Silenciosa con Jim Beaver en 1999.
El pequeño jardín con su kiosco, construido al frente, es en realidad un set cinematográfico realizado para una de las filmaciones.
HORARIOS DE VISITA: Martes a viernes de 10:00 a 19:00 hrs.; sábado y domingo 11:00 a 19:00 hrs.; los lunes permanece cerrado.
SERVICIOS: Visitas guiadas, tienda, cafetería, espacio lúdico, talleres efímeros, conciertos, cursos conferencias (Consulte la cartelera o llame al 8-26-03-64).
ADMISIÓN: $5.00 adultos; $3.00 niños y 3ª edad.
CÓMO LLEGAR: El Museo de Arte Guillermo Ceniceros se encuentra instalado en la ex hacienda de Ferrería de Flores a cuatro kilómetros de la ciudad de Durango. Siga la avenida Domingo Arrieta al sur, al salir de la ciudad continúe por la carretera estatal a La Flor, en dirección a Ferrería. Al llegar a la población continúe dos cuadras y doble dos cuadras más a la derecha. Existe señalización vertical en la carretera para su comodidad.
Hay servicio de autobuses suburbanos cada media hora, su terminal está frente a la Plazuela Baca Ortiz por la acera sur de la avenida Dolores del Río, busque allí la señalización.