¿Por qué, entonces, se suicida
Mayakovsky?
Lo hace porque no vuelva a suicidarse
Mayakovski.
J. Revueltas.
En esta vida hay otra vida
la higuera aquella volverá
esta noche
esta noche regresan otras
noches.
O. Paz
“¿Por qué, entonces, se suicida Mayakovsky? Lo hace -la poesía es hacer hasta semánticamente- porque no vuelva a suicidarse Mayakovsky, por y para que no vuelva a suicidarse otro poeta (y Esenin ya había hecho lo mismo), revolucionario o no, puro o impuro; ningún poeta, pero tampoco nadie”, cuando hoy, décadas después, nos arden en el corazón las mismas palabras con un nombre atrozmente nuevo: por que no vuelva a suicidarse Jorge Kuri.
El dramaturgo Jorge Kuri (1974-2005) fue un autor de gran “imaginación, fantasía y riqueza de lenguaje”, dijo Luis Mario Moncada, director del Centro Cultural Helénico, y lamentó el deceso del joven creador, quien se quitó la vida el sábado 19 de marzo.
“Me parece triste y lamentable (su muerte), aunque desconozco las circunstancias que pasaba últimamente. Era un autor con un nivel de imaginación y fantasía, lo cual a veces le impedía saber en qué realidad estaba”.
Estas palabras de Moncada, en los dos párrafos anteriores, las retomo de la nota de Ana Mónica Rodríguez, del periódico La Jornada. Así de breves y lacónicas son las palabras del funcionario: no conozco personalmente a Moncada, sé que es un hombre de teatro que dirige el Centro Cultural Helénico, pero no me parece preciso cuando atribuye a la fantasía de Kuri un supuesto desvarío. En la misma nota, Moncada expone una posible explicación de otro orden:
“Moncada recordó que conoció a Kuri cuando cursaba el bachillerato y desde entonces mostraba una riqueza en el lenguaje inusual para su generación”. Su principal problema, abundó, fue la dificultad para ver materializados sus textos en escena.
Le atribuye a Kuri “la dificultad para ver materializados sus textos en escena”, y la califica como “su principal problema”.
Repito que no juzgo la buena o imprecisa intención de Moncada al soltar estas palabras ante el suicidio del compañero, del colega, del teatrero de fulgurante éxito, Jorge Kuri. Pero dice el funcionario con palabras de funcionario (¿Defuncionario = a agente funerario?) que era “su” principal problema, como si no fuera éste el principal problema de todos los dramaturgos mexicanos y actores y directores y escenógrafos, el llevar sus obras a escena.
“Vladimir Mayakovsky se suicida porque no puede soportar la atmósfera irrespirable creada por la burocracia estalinista que ya avanzaba incontenible, en líneas desplegadas, hacia su terrible victoria, durante esa segunda mitad de la década de los veinte, después de muerto Lenin, cuando el poeta decide pegarse un tiro. La poesía –como el arte todo— era para Mayakovsky el asumir una posición crítica alerta y constante”…
Estoy citando a José Revueltas de su artículo “La libertad y el socialismo: porque no vuelva a suicidarse Mayakovsky”.
Vladímir Vladimírovich Mayakovski (1893 -1930) Poeta y comediógrafo ruso, nació en la aldea de Bardad que hoy lleva su nombre, en la Georgia transcaucásica. Hijo de un guarda forestal que no le pudo procurar una formación escolar. Desde muy joven comenzó a escribir poesía. Tuvo que emigrar muy joven con su familia a Moscú, y allí entró en contacto con el ambiente revolucionario de la Rusia proletaria de principios de siglo. Formó parte del partido de Bolshevik desde 1908, y antes de cumplier veinte, ya había sido arrestado tres veces por las actividades subversivas. Tras el triunfo de la Revolución Rusa, se convirtió en portavoz cultural del régimen bolchevique. Cabeza de la tendencia literaria futurista rusa, que proclama una revolución en el arte. (…) Su gran poema es Hablando a gritos (1930) que dejó inacabado y está considerado como su testamento espiritual. Se quitó la vida el 14 de abril de 1930 con un disparo al corazón dentro de su casa en la calle Lubianski de Moscú.
III
El mar se aleja de mí.
El mar se aleja a dormir.
Como dicen, incidente
zanjado,
la barca querida varó en lo diario.
Estamos en paz,
y no viene a cuenta un listado
de mutuos dolores, penas y agravios.
De un poema, probablemente escrito poco antes del suicidio de Mayakovski en 1930. Una parte de la estrofa III se repite en la nota de suicidio.
“Entre nosotros es una lucha constante que la aparición de nuevos valores, y la confirmación de los que ya están, obtengan el debido respaldo de las autoridades -que cada vez ven más mermados los recursos con que cuentan- y de un público muy azaroso. Sirvan estas líneas de dolido adiós a Jorge Kuri, quien tras el éxito internacional de De monstruos y prodigios, la historia de los castrati, no logró (por lo menos era su queja la última vez que hablé con él) ver otro de sus textos llevados a escena”.
Palabras de una crónica teatral de Olga Harmony, crítica y amante del teatro nacional.
Revueltas nos dice que “Mayakovsky se suicida para que no vuelva a suicidarse Mayakovsky, por y para que no vuelva a suicidarse otro poeta, revolucionario o no, puro o impuro; ningún poeta, pero tampoco nadie…”
Pero tampoco nadie... Pero...