EL UNIVERSAL
La infanta Leonor, hija del príncipe Felipe y Letizia Ortiz, no está sorda, según confirmaron fuentes de la Casa Real.
Dicha fuente aseguró que las informaciones aparecidas en algunos medios de comunicación sobre la posible sordera de la séptima nieta de los reyes de España son falsas, y que la salud de la niña es excelente.
Además de dicho desmentido, en las apariciones de la niña ante la prensa nunca se ha sospechado que sufriera una posible sordera, ya que durante las sesiones de fotos y ante las peticiones de los fotógrafos de que mirara a la cámara, la pequeña lo hace con la mejor de sus sonrisas.
Lo que sí tiene la infanta es un angioma en la parte derecha de la nariz, algo frecuente en algunos bebés. Según los médicos, lo normal es que desaparezca con el paso de los años, pero en el caso de que no lo hiciera, su pediatra, el doctor Fernando Mar, podría decidir operarla para hacerlo desaparecer. Sería una cirugía sin demasiada complicación.
Aparte del angioma, la primogénita de los príncipes de Asturias es una niña muy sana. Tal y como siempre cuenta su padre, el príncipe Felipe, come muy bien, duerme mucho, casi no llora y no se ha puesto enferma nunca. Ni siquiera un resfriado. Pese a ello, desde el día de su nacimiento, del que el martes se cumplió un año, una enfermera la cuida mientras duerme.
La vida diaria de la niña transcurre entre su preciosa recámara en la residencia de los príncipes, situada junto al Palacio de la Zarzuela, y los jardines que rodean la casa. Cada día, si el clima lo permite, su cuidadora, una periodista asturiana de total confianza de Letizia Ortiz, la pasea por los alrededores del palacio, entre flores, chopos y abetos.
Aunque muchas veces también es su bisabuela materna, Menchu Álvarez del Valle, la que se ha convertido en su mejor niñera, ya que desde que su esposo murió hace algunos meses, pasa largas temporadas en casa de los príncipes disfrutando de su bisnieta.
Aunque quienes trabajan en el Palacio de la Zarzuela aseguran que quien más la pasea, siempre que sus obligaciones se lo permiten, es su madre, Letizia Ortiz.
La princesa se ocupa mucho de su hija y siempre que puede le dedica todo su tiempo, le da de comer, la baña cada noche, juega con ella y le lee cuentos. También es la propia Letizia la que todos los días lleva a su hija al Palacio de la Zarzuela para que visite a sus abuelos paternos.
Por el momento, los príncipes no han pensado que Leonor vaya a una guardería porque consideran que “es muy pequeña”. Aunque lo que sí parece seguro es que cuando cumpla tres años irá a un colegio privado, como hicieron el príncipe Felipe y sus dos hermanas, las infantas Elena y Cristina. Y al igual que ellos, ese colegio podría ser el Santa María de los Rosales, o quizá el colegio San Patricio, católico y bilingüe, que es al que acuden sus primos Felipe Juan Froilán y Victoria Federica, hijos de la infanta Elena y Jaime de Marichalar.
Pero mientras ese día llega, la infanta Leonor, ajena a su futuro, da sus primeros pasos por los pasillos del palacio haciendo las delicias de sus padres y abuelos; balbucea algunas palabras; y disfruta de ser, por lo menos hasta el próximo mes de mayo, el único bebé en la Zarzuela. El año que entra nacerá su hermanita o hermanito, y cuando llegue ese momento, y como les ocurre a todos los primogénitos que no son hijos únicos, “será destronada”.
Ojalá la Constitución española cambie y su hermano, en caso de que sea varón, no la destrone de verdad, y en el futuro sea ella la que se convierta en la reina de España tras suceder a su padre, el príncipe Felipe.