Un joven de 20 años llegó a su casa y tras subir a la recámara de su padre lo encontró asesinado a balazos junto con su esposa, de ahí se dirigió a la habitación de sus tres medias hermanas de cinco, 12 y 13 años, y también las habían matado; ayer El Siglo de Durango informó sobre la matanza de una familia, conociéndose posteriormente que el jefe de ésta respondía al nombre de Avelino Romero Cota, quien había sido subdelegado de la Procuraduría General de la República (PGR) en Gómez Palacio y agente del Ministerio Público Federal en esta capital.
Fue en la ciudad de Los Mochis, Sinaloa, en un domicilio de la colonia Las Misiones, donde el joven Abel Romero Castro, de 20 años, encontró los cuerpos sin vida de su padre, Avelino Romero Cota, de 42 años; de su madrastra, Enriqueta López Rodríguez, de 34; y de sus tres medias hermanas Cecilia Guadalupe, Lluvia Esmeralda y Shakira Rubí, de 13, 12 y cinco años, respectivamente, todos muertos a balazos.
TESTIMONIO
Según lo declarado por el hijo de Romero Cota, él había salido de su casa rumbo a la escuela a las 6:00 de la mañana pero no se dio cuenta de la situación de su familia, presumiendo que aún estaban con vida pues en la noche aseguró que no escuchó nada.
De regreso, al mediodía, llegó a su vivienda y notó todo muy tranquilo y al subir a la planta alta abrió la recámara de su padre y lo vio muerto junto con su esposa en un charco de sangre, de inmediato corrió hacia la habitación de las niñas y se percató que también las habían asesinado a balazos.
Avelino Romero Cota, quien era propietario de una gasolinera en Guasave, fue agente del Ministerio Público Federal y estuvo laborando en la Delegación Durango de la PGR
De acuerdo a los datos proporcionados por las autoridades de Sinaloa, los asesinos utilizaron armas AR-15 para ultimar al ex agente, a su esposa y a sus tres hijas, sin que hubieran precisado cuántas heridas producidas por arma de fuego presentó cada uno de los cuerpos.
El titular de Averiguaciones Previas de aquella entidad señaló que aún están realizando pruebas periciales, por lo que no se tienen datos precisos sobre la identidad de los agresores ni el móvil del multihomicidio.