PUEBLA, Pue.- Veintiocho meses tuvieron que pasar para que la periodista Lydia Cacho Rivero regresará a esta capital, donde fue detenida en diciembre de 2005 por “denunciar” una red de pederastas internacional en México que involucra a empresarios y prominentes políticos.
Son más de 840 días en los que la escritora vivió entre el miedo por las amenazas de muerte que pesan sobre su persona; dos intentos de asesinato y de sostener una batalla legal contra el poder político que la llevó hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), donde desecharon su caso.
DIFERENTE
Este sábado fue diferente de aquel triste día, dijo Cacho Ribeiro, al presentar su libro “Memorias de una Infamia”, en el zócalo de esta capital.
“Ahora vengo sin miedo, sin escolta, ni camionetas blindas”, sentenció al comenzar la presentación, mientras porras y aplausos se dejaban escuchar en favor de la también defensora de derechos humanos.
“Dicen por ahí que venimos a conspirar y sí efectivamente conspirar significa respirar el mismo aire… La conspiración por la paz y la justicia apenas comienza. Que lo sepa (Mario) Marín y la Suprema Corte de Justicia de la Nación ¡No nos vamos a detener!”, lanzó emocionada ante miles de poblanos que se reunieron en la plaza pública pese al intento del gobierno estatal para boicotear la presentación.
APOYO
“¡No estas sola! ¡No estas sola!”, corearon cientos de mujeres, adolescentes, niños, ancianos y hombres a una sola voz que retumbaba hasta los muros del Palacio de Gobierno.
Con serenidad, pero con una mirada que contenía lágrimas, su voz se entrecortaba al relatar su historia que calificó de impunidad; llena góbers preciosos, de “Manlio Fabio Beltrones”, de “Kamels”; por la que le dieron su “coscorrón” y por la que pensó que perdería la vida.
De manera súbita, Lydia Cacho se levantó del estrado y alzó su voz para retar los judiciales poblanos que la amenazaron. “Les van a hacer faltan balas”, pues con ella estaban decenas de “damas de negro” que hicieron una valla humana para protegerla.
PRESENTACIÓN
Junto a ella estuvieron las periodistas Carmen Aristegui y Sanjuana Martínez, que desde sus trincheras compartieron su misma batalla, así como el politólogo y investigador de la UNAM, Lorenzo Córdova, entre otras personas.
La ex conductora de radio no pudo ocultar su emoción y en varias ocasiones se sonrojó ante las porras y ¡vivas! para su persona.
Aristegui acusó que desde el poder se protege a quienes han vulnerado los derechos de Cacho, así como las víctimas de pederastia y cuestionó “¿Quién protege a los pederastas y quien protege a sus protectores?”
Recordó que durante su campaña presidencial, Felipe Calderón prometió un juicio político para Marín y “hoy hasta hace fotografía con él” como si un halo de impunidad lo protegiera.