Jesús Salas Barraza.– El principal organizador de la emboscada que terminó con la vida de Pancho Villa, en Parral, Chih., el 20 de junio de 1923, murió en la ciudad de México de muerte natural a las 2:30 a. m. del 22 de mayo de 1951, a la edad de 63 años. Su cadáver llegó a esta ciudad por la vía férrea el domingo 27, siendo sepultado en el Panteón de Oriente el mismo día, después de sus honras fúnebres en el Templo del Sagrario Metropolitano, que a las 16 horas fueron celebradas. Era nativo de El Oro, Dgo., en donde nació el 20 de mayo de 1888.
El Club Jarrito.- Por los años cincuenta, existió en esta ciudad el Club Jarrito, formado por miembros de la alta sociedad civil y por algunos militares en activo de alta graduación, como el propio comandante de la l0a. Zona Militar. No dejaba de parecer divertido imaginarse a los rudos militares jugando canasta uruguaya, que era una de las actividades sociales principales del Club Jarrito.
Réquiem revolucionario.- El martes 3 de julio de 1945, en el Hospital Francés de la ciudad de México, fallece de un síncope el general Enrique R. Nájera, a los 63 años de edad. Su cadáver llega a Durango por ferrocarril el 5 de julio, poco después de las 17 horas.
n El don de la ubicuidad.- El licenciado Carlos Ezpeleta, en el año de 1951, era procurador general de Justicia del Estado de Durango y juez 14 de lo Penal en la ciudad de México, simultáneamente.
Cuando Bibiano González cruzó la meta con su bicicleta en la espalda.- Era el tramo León-Aguascalientes, corrido el 22 de abril de 1951, cuando a doscientos metros de la meta, Bibiano González, que marchaba con el pelotón que seguía a los que ocuparon los cinco primeros lugares, cayó al pavimento junto con otros ocho ciclistas en accidente provocado por otro competidor. Herido y casi desfallecido, se levantó del suelo, cogió la bicicleta dañada, la cargó en la espalda y cruzó la meta ante el asombro y el aplauso de los espectadores. De la meta fue trasladado en ambulancia al hospital, para ser atendido de sus lesiones. Tal fue el espíritu de lucha que siempre caracterizó a Bibiano en las competencias ciclistas, por y para el honor de Durango.
Las desapariciones de poderes en el Estado de Durango, bajo la vigencia de la Constitución de 1917.- La primera de ellas fue el 7 de agosto de 1931, a solicitud de la diputación del Estado, fundándose en que el gobernador sustituto José Ramón Valdez, había estado en connivencia con el arzobispo de Durango, José María González y Valencia y de haber usurpado las funciones de los poderes Legislativo y Judicial, así como haber removido a las autoridades de 15 municipios.
La segunda ocurrió en diciembre de 1935, basada en la acusación del bloque de senadores de que los poderes del Estado realizaban labor subversiva en contra de la Federación y que apoyaban sindicatos blancos y explotaban a los trabajadores. La tercera y última tiene lugar el 4 de agosto de 1966, a solicitud del Presidente de la República, basada en la desunión de los vínculos entre gobernantes y gobernados y la insensibilidad del gobernador Enrique Dupré Ceniceros ante la invasión del Cerro de Mercado.
Reales o supuestos estos cargos, lo cierto es que las desapariciones de poderes obedecieron, en esos como en numerosos casos de otras entidades federativas, a la malquerencia del Presidente de la República en turno, con el gobernador desaparecido, lo cual ojalá no vuelva a suceder, pues agravia impunemente por parte de la Federación la autonomía estatal, que algunos equivocadamente o con fines políticos llaman soberanía.