GÓMEZ PALACIO, DGO.- Fundada en 1887, la empresa jabonera La Esperanza llegó a ser la compañía más importante de Latinoamérica; también fue causante de la huelga más prolongada del país, con 14 años de duración.
Un pleito laboral que no parecía tener fin ya no existe más. Con la participación del gobernador Ismael Hernández y el alcalde Ricardo Rebollo se pagará la liquidación de 160 ex trabajadores, acreedores y el terreno de la jabonera, con una mezcla de recursos de 44 millones de pesos, del Estado y Municipio.
EL SINDICATO
Son diez millones 600 mil pesos los que se entregarán a los ex obreros a través del Sindicato de Trabajadores de la Industria del Jabón y Similares, luego de la firma de un convenio por parte de los titulares del Ejecutivo estatal y municipal además de los dueños de la empresa, Carlos Acosta y Eduardo Valdez.
Cabe recordar que en 1994, luego de que los trabajadores de la fábrica iniciaron una huelga, el dueño de la empresa decidió declararse en quiebra y cerrar, situación que los entonces empleados calificaron de ilegal, comenzando así un conflicto que en algunas ocasiones se agudizó.
La mañana siguiente a la firma del convenio había buen ambiente, tranquilidad y sonrisas en las instalaciones de la vieja industria. Los indemnizados decían sentirse satisfechos, pues algunos consideraban perdido el caso.
Hace varios días, a la entrada de La Esperanza estaba un pizarrón donde se leía: “Urgente, 03 de abril a las 13 horas, reunión con todos los trabajadores”. Ya cuando el sol estaba a plomo ya eran muchos, platicando y recordando anécdotas y todo lo que pasaron en 14 años de lucha pacífica.
“Hubo gente que enferma y con otro tipo de dificultades no dejaba de venir, no quitaban el dedo del reglón, sufriendo pero con la confianza de que se llegaría a una solución, la misma que hoy vemos, de la que somos partícipes”, comentaba María Candelaria González Castillo, esposa de un ex empleado.
agradecimiento
Para muchos los años pasaban y nada, “pero ya ve, todo era voluntad, el Gobernador y Rebollo rápido que nos dieron el cheque; les estamos muy agradecidos porque se acordaron de la gente trabajadora y de muchos que nos quedamos en la calle”, mencionó Jesús Manuel Flores Díaz.
“Ahora nos toca disfrutar un poco de lo mucho que sufrimos, los días y las noches que pasamos aquí en vela y vigilando las nueves hectáreas”, agregó María Candelaria.
Hermenegildo Navarrete Aldaba, quien actualmente tiene 78 años de edad, con peculiar entusiasmo platicó que antes de la huelga cumplió 50 de laborar como vigilante.
Recorría las nueve hectáreas de la jabonera y recordaba cada una de las labores que se realizaban en los viejos edificios; “ahorita ya no es lo mismo, camina uno más lento, pero en los buenos tiempos teníamos que registrar 15 firmas de cada uno de los edificios, teníamos a nuestro cargo vigilar todo el territorio”.
REPARTICIÓN
Alejandro Caldera, secretario general del sindicato, refirió que se pagará lo correspondiente a cada trabajador según su antigüedad y aún se estudia la forma de pago a los hijos y viudas de 18 trabajadores que fallecieron esperando su liquidación.
Carlos Acosta, el propietario de la jabonera, dijo que “fue una lucha de pláticas y pláticas durante cuatro años; el contador Rebollo tiene una gran capacidad como líder y el Gobernador tuvo una buena actitud de tratar de resolver”.
SOLO RUINAS
Cabe recordar que el 30 de agosto de 2002, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje se declaró incompetente para seguir conociendo de este litigio, un momento crítico para los huelguistas.
El edificio durante muchos años fue objeto de constantes saqueos por parte de los vecinos de los alrededores y de una invasión por parte de organizaciones populares. A la fecha, la única barda perimetral que está en buen estado es la que se localiza sobre el bulevar Los Forjadores, la cual que separa lo que queda de la antigua fábrica de la colonia Brittingham.
El resto del inmueble se está cayendo y en la parte trasera, que colinda con el fraccionamiento Del Bosque, tuvieron que colocar barrotes y malla ciclónica para cubrir los huecos que se habían formado y por los cuales se introducían los vándalos de la zona a hacer sus fechorías.
Don Juan Brittingham
Hablar de la fábrica de jabón La Esperanza es hablar de Juan Francis Clemens Brittingham, quien amasó su fortuna en esta empresa propiedad de Juan Terrazas en la que llegó a ser gerente general y fue parte elemental del desarrollo de la Comarca Lagunera.
Brittingham nació en Saint-Louis, Missouri, el 21 de noviembre de 1859, en el seno de una familia católica de origen inglés. Sus padres fueron George Washington Brittingham y Anna Laufkoetter, ella nacida en Berlín, en Alemania.
Según el archivo que lleva su mismo nombre, Juan F.Brittingham, en 1893, llegó a residir a Gómez Palacio, Durango. Su cambio de residencia obedecía a un propósito: venía a dirigir la Jabonera La Esperanza, negocio recién adquirido por él y sus socios.
El archivo que contiene la historia de este prominente empresario lagunero hoy se encuentra en propiedad de la Universidad Iberoamericana de La Laguna.