Con una tradición ganada a base de servicio y productos de calidad, cremería Wallander está en vías de convertirse en una franquicia, debido a la meta que se fijó para extenderse por todo el país.
“Queremos crecer”, expresó su propietaria, María Teresa Vivó, al narrar que fue en agosto de 2006 cuando se participó en un curso sobre franquicias en la capital del país, impartido por la consultoría Feher & Feher.
Desde entonces el trabajo se incrementó, pero traerá como resultado dar el salto a la conquista del mercado nacional, reconoció Vivó Prieto.
CRECIMIENTO
Tiempo, trabajo y dinero ha demandado el camino a la franquicia a los dueños, administradores y trabajadores de la cremería, hoy complementada con un servicio de panadería, ensaladas, tortas y algunos productos del ramo de la comida rápida.
“Abrimos una sucursal (en Lomas), es nuestra tienda piloto”, añadió la empresaria Vivó, al especificar que el citado establecimiento será el modelo que se ofrecerá al mercado nacional cuando se logre ser una marca.
Confesó sentirse en la fase de arranque del proceso algo preocupada, por la dificultad que implicaba repetir el modelo de la quesería matriz de calle Independencia antes de calle Aquiles Serdán, por estar asentada en una casona antigua con cantera trabajada en fachada e interiores. Razón que llevó a edificar la sucursal.
REQUISITOS
Documentar procesos, estandarizar recetas y procedimientos y diseñar una logística de distribución para conocer los tiempos de entrega de los productos a otras entidades del país son parte de la labor que Wallander está cubriendo.
“No es fácil la distribución”, aceptó María Teresa Vivó, quien explicó que otro de los puntos intermedios a cubrir en la consultoría de Feher & Feher es contar con un marco jurídico, que dará seguridad en los acuerdos legales que la firme establezca con los compradores de la franquicia.
INTERÉS
Lourdes Montenegro, gerente de Wallander, compartió que un indicador que animó a tomar el proceso para franquiciarse es el interés permanente de clientes foráneos por llevar a sus lugares de origen el concepto que la cremería tiene.
“Turistas nos visitan por buenas referencias que les dan de nosotros. Clientes foráneos que preguntan casi cada semana que si no tenemos sucursales en otros estados”, añadió.
También informó que un proceso para franquiciar a una empresa requiere de un periodo de siete a ocho meses.