El hecho de que se abra la posibilidad de que México aproveche el maíz transgénico puede representar un paso substancial para combatir la pobreza, refirió el regidor Roberto Arreola, al referirse a las reformas a la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados que permitirán el uso experimental de esta variante.
Es de mencionar que ayer, a través del Diario Oficial de la Federación, la Sagarpa dio a conocer los cambios a la ley, para poder hacer uso experimental del maíz genéticamente modificado. Destaca que el transgénico tendrá que poseer características que permitan el uso y consumo humano o animal, así como su empleo en el procesamiento de alimentos.
Bloqueo
Roberto Arreola al respecto abundó que hasta ahora este tipo de producción es prohibido sólo en México, con relación al Continente Americano y esto se debe más a la intervención de las casas comerciales y campañas ambientalistas por el riesgo que pudiera representar su consumo.
“No está comprobado que realmente su consumo sea perjudicial para los humanos o animales, o bien de la carne de ganado alimentado con el grano transgénico, lo que sí se ha corroborado es su resistencia a las plagas y al clima”, comentó el Regidor comisionado de Desarrollo Rural.
La conservación
Se ha difundido en el país el pensamiento de que se debe conservar la semilla madre del maíz, sin embargo, el producto en su presentación comercial es el resultado de la mezcla de este grano con amaranto.
Se habla de una fase experimental, pero en caso que el cultivo del transgénico se ampliara representaría un avance significativo en el combate a la pobreza y la necesidad de importación que existe actualmente.
Con reservas
Pedro Silerio García, encargado del Despacho Jurídico de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos (CNC), refirió que habrá que analizar con reserva la reforma a la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados que permitirán el uso experimental de maíz transgénico.
Mencionó que la producción de esta variante ha sido un punto de controversia con relación a posibles daños a la salud, pero con el debido sustento puede convertirse en una buena opción, sobre todo en la producción forrajera.
Mientras tanto, la reciente modificación contempla que la Sagarpa y la Semarnat deberán promover la conservación de variedades de maíces criollos y sus parientes silvestres.