“¡Santo, Santo, Santo!”, así sonaba la porra que miles de aficionados gritaban para animar a su ídolo de la lucha libre, misma que quedó grabada en los recuerdos de la cultura popular mexicana. A 25 años de la muerte de Rodolfo Guzmán Huerta, El Santo, nadie ocupa su lugar ni está a la estatura de su leyenda, única e irrepetible en el mundo de la lucha libre mexicana y el cine de luchadores, donde fue improvisado actor de más de 50 películas que, con el tiempo, se convirtieron en obras de culto, sobre todo para un sector del público de Europa.
Honores a una leyenda.
Una y mil historias se han creado a su alrededor, pero nadie como él para divertir a un público (en vivo y en cine) ávido de transformar sus frustraciones en gritos, de ver en él a un verdadero ídolo. El luchador y actor fue recordado ayer a primera hora con una guardia que montaron sus familiares en la estatua que se encuentra en la capital mexicana.
Recordado por su heredero.
Como el más fiel de sus admiradores, El Hijo de El Santo acudió a temprana hora a depositar una corona floral en el monumento que fue erigido en honor a su padre, ubicado en Jesús Carranza y Gorostiza, en la zona de Peralvillo. A 25 años de la desaparición de El Santo, sus seguidores y admiradores tanto de la leyenda como de la trayectoria de El Hijo del Santo, se dieron cita a partir de las 8:30 horas para rendir un homenaje junto a esta estatua, que se levantó a partir del 9 de mayo de 2006. Con un listón morado, colocado en la corona de flores, se puede leer: “Papá, siempre te recuerdo. Hijo del Santo”.
Vende muy bien.
Si El Hijo del Santo se retirara de la lucha libre en estos momentos, viviría de las ganancias de su marca que se vende en México y España. El heredero de la leyenda plateada creó su propia negocio, “hace aproximadamente cuatro años”, aclaró el enmascarado, y de la cual espera hacerla crecer por alrededor del mundo. “De la máscara, no, pero sí del concepto que se creó, claro que trato de vivir de esto, por eso inicié mis tiendas, porque estoy pensando siempre en el futuro, porque más adelante el cuerpo va a decirme que ya no puede, entonces habrá que hacer otras cosas”, platicó el heredero.
PERFIL
El Santo. La esperanza plateada.
- Nació el mismo año que la Constitución de 1917. Después de la Revolución, México fue presa de innumerables caudillos, muchos con la intención de arrebatar tierras o cargos; una vez héroes, ahora buscaban para sí que la Revolución les hiciera justicia. Cuando Rodolfo Guzmán asumió la identidad de El Santo, al mismo tiempo llegó a la Presidencia de la República Lázaro Cárdenas del Río y con él, el México moderno del siglo XX.
Un héroe verdadero.
- Sus más de 50 películas y el tiraje bestial que alcanzaban sus historietas lo hicieron un suceso mediático de alcances internacionales, para muchos El Santo fue más un actor de cine que un luchador, sin embargo era el ring en donde el actor de cine y el dibujo de papel cobraban vida. El Santo fue siempre un héroe de carne y hueso que luchaba todos los domingos, a diferencia de Kalimán, Dick Tracy o Superman.
Muere la leyenda.
- Nadie en realidad le arrebató nunca la plata de la cara, fue él, quien por su propia mano, en el programa Contrapunto de Jacobo Zabludovsky mostró por unos instantes el rostro. Murió días después de causas naturales.