"Es un gasto muy fuerte (...) yo me considero afortunada de poder darme el lujo de consumir productos especiales, cuando hay personas que no tienen empleo y la atención médica es deficiente", es el testimonio de la señora María Alvarado, quien padece diabetes desde hace cuatro años.
LUCHA
María trató su sobrepeso con dietas y ejercicio pero no logró su objetivo: después desarrolló diabetes mellitus e hipertensión arterial. Previo a su actual condición ella se informó y buscó soluciones, no ignoró las advertencias.
"Un día dije ¡necesito ayuda!". Fue con un endocrinólogo y le preguntó cómo podría bajar de peso; éste le dijo "cierre la boca". Si de eso se tratara, no habría tantas personas enfermas.
Cambió su vida por completo cuando aparecieron ambos padecimientos en lo social, familiar y financiero.
Su economía fue golpeada pese a que es afiliada del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE); seguido se atiende con médicos particulares. "El servicio es deficiente y siempre tienen desabasto de medicamento".
Al mes invierte más de 2 mil pesos; al menos cuatro medicamentos le fueron prescritos de por vida, sumados a los que cuidan la flora intestinal, por los daños de ingerir tantas sustancias.
"Mucha gente sólo tiene para sopita y frijoles"; la fruta y verdura se han encarecido y son los alimentos de la dieta balanceada. "Fue difícil cambiar los hábitos de mi familia, nos tomó tres meses acostumbrarnos a la alimentación"; ahora busca que sus hijos no caigan en obesidad.
Tras su experiencia, María consideró que las estrategias de prevención "son incompletas, deben estar en las clínicas, centros de trabajo y diversión, en el cine, en todos lados", y adoptando medidas severas, como Estados Unidos al aplicar un impuesto extra al refresco, "aquí no lo hacen porque no les conviene a algunos grupos".
GASTO EXTRAORDINARIO
"Para 2015 la proyección nacional es que el 15 por ciento de la población padezca enfermedades secundarias por obesidad", enfatizó Ana María Fajardo, jefa de Epidemiología de Servicios de Salud de Durango (SSD).
En 2009 se atendió a 2 mil 184 personas por obesidad y 6 mil 290 madres participaron en las pláticas para la prevención. Al avance del 2010 se han registrado mil 850 casos nuevos de diabéticos, en promedio 160 por semana.
"Es un gasto grande". Durango destina el 15.54 por ciento del gasto público a salud y en su mayoría se dirigen a la atención de enfermedades crónico-degenerativas.
"Ha sido difícil. Por principio, la obesidad no es una enfermedad sino el resultado de una serie de eventos encadenados; es un problema de salud pública y no es responsabilidad sólo del Sector Salud". La dieta inadecuada por consumir sólo "los alimentos que nos gustan", aquellos con bajo índice nutricional, junto con la mercadotecnia cierran el círculo de factores.
La sociedad disputará dos batallas: contra la cultura y las empresas que venden estos productos. "Hay intereses de por medio", reconoció la entrevistada, no será sencillo aplicar la Ley Chatarra.
Para combatir la obesidad requiere el esfuerzo de SSD, el DIF, la Secretaría de Educación Pública (SEP) y hasta la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS), porque "los empleados no rinden lo mismo".
El panorama forzará la reforma de la Ley de Salud, "en la parte epidemiológica desaparecen las enfermedades infecto-contagiosas pero aparecen las crónico-degenerativas como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial", explicó Armando Sepúlveda, secretario técnico de SSD.
La norma está en análisis y se ha considerado en las reuniones del Consejo Nacional de Salud; urge la integración de recursos para prevención y "hacer frente a la transición demográfica, a una mayor expectativa de vida debido a la aparición de más casos de enfermedades crónico-degenerativas", concluyó.
Dificultad en arterias
En Durango se han detectado 12 mil 390 personas hipertensas desde que se conoció la enfermedad, según el IMSS.
El dulce problema
La época histórica del IMSS Durango registra 69 mil 948 casos de diabetes mellitus; el 90 por ciento la desarrolló del sobrepeso.
Abasto
El 75% de la insulina en México se abastece por el IMSS, ISSSTE o Seguro Popular; el resto por médicos privados.
Sociedad responde a programas para combatir el sobrepeso, pero recae; la responsabilidad es de ellos
"El futuro es muy triste y desolador", lamentó José de Jesús Ramírez, coordinador de Salud Pública del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Delegación Durango. De seguir los índices de obesidad como hasta ahora al menos en diez años habrá colapso en el Sector Salud por el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas.
El especialista refirió que las personas que han bajado de peso en el programa Un Millón de Kilos "recaen"; tanto ellos como quienes se someten a los programas de ayuda regresan a sus antiguos hábitos cuando no están bajo supervisión. "Reaccionan como se debe, pero no por darse gusto a sí mismos".
En 2009, 3 mil 600 niños de cero a diez años fueron atendidos por obesidad; a la fecha van 600, así como 70 mil 788 adultos mayores varones. En la actualidad van 8 mil 650 casos registrados.
Ana María Fajardo, encargada del departamento de Epidemiología de Servicios de Salud de Durango (SSD), dijo que no podía considerar como fracaso el que la obesidad gane terreno porque cada vez más personas son atendidas. Además será normal que aumenten los casos porque en los próximos años habrá más individuos en el grupo de la tercera edad y es ahí donde se acentúan los padecimientos crónico-degenerativos por el amplio camino recorrido.
Educación para la salud es la única medida para contrarrestar el problema, cambiar la cultura alimentaria de la comunidad se enfrenta a "lo que le gusta comer a la gente".
Pese a que está consciente de las consecuencias en su salud y la promoción de las acciones preventivas aún falta conciencia. "Si el niño ve que sus papás comen frituras, gorditas y demás, él también lo hará".
Eduardo Díaz, presidente del Colegio de Médicos, calificó a la mala nutrición como "un círculo vicioso". Del sobrepeso se genera el trastorno metabólico, el incremento de lípidos, glucosa y colesterol, que desatan problemas cardiovasculares, pulmonares, hipertensión arterial, diabetes, complicaciones en los riñones, retinopatía diabética como la insuficiencia renal, problemas en la columna vertebral y cáncer en el estómago.
El Sector Salud se concentrará en prevenir las condiciones en niños y jóvenes, "es hiriente que le digan en la escuela (a un menor) que está gordo; luego vienen los apodos". A su vez, provoca cuadros depresivos.
¿Cuánto cuestan las enfermedades?
Se endurece la economía de duranguenses que padecen enfermedades crónico-degenerativas.
Diabéticos requieren hasta cinco medicinas distintas al mes.
La Glibenclamida es el medicamento prescrito de por vida para la diabetes; de patente cuesta desde 170 pesos y genérico 10 pesos, el frasco con 30 tabletas de cinco miligramos.
En medicina genérica alcanza hasta 200 pesos activos para hipertensos.
La Amlodipina es la medicina constante para hipertensos; su precio varía de 35 a 75 pesos como genérico; de marca alcanza los 300 pesos.
La consulta médica con particular, que además es mensual, tiene un costo de 450 pesos en adelante.
En Durango sólo hay un local comercial dedicado a alimentos para diabéticos.
Las galletas más económicas sin azúcar marcan un precio de 19 pesos y según sea la clase aumentan de 35, 99 a más de 200 pesos. Los establecimientos varían las tarifas.
La bebida en polvo de chocolate sin endulzante cuesta de 92 pesos el bote de a 226 gramos, mientras el que contiene azúcar desde 27 pesos en envase de 400 gramos. Es el producto más consumido por los menores que saben de la existencia del producto.
Una paleta de agua sin azúcar cuesta 16 pesos, la que se encuentra en cualquier expendio desde cinco pesos.
El chocolate sin azúcar de una reconocida marca internacional se vende en 48 pesos, cerca de 15 pesos más caro que la edición normal.