México, DF.
Para despedirla colocó tres rosas sobre su tumba; encima de la tierra que cubrió su pequeño ataúd blanco con bordes dorados.
Este martes, Lisette enterró a su hija y pidió a todos los que asistieron al sepelio que la dejaran llorarle en su última morada.
Como lo sentenció un día antes, Mauricio Gebara, padre de Paulette, no estuvo ahí y fue sólo Lisette con la familia Farah, quien acompañó los restos de la menor hasta su sepulcro.
Ni un miembro de la familia Gebara asistió al sepelio.
Luego de un lunes ajetreado, con la entrada y salida de los miembros y amigos de la familia Gebara de la capilla del Panteón Francés de San Joaquín, este martes fue para los Farah.
Lisette Farah llegó a las 10:05 horas con su mamá, la abuelita materna de Paulette; antes ya se había presentado la tía Arlette Farah, quien ha sido el enlace con los reporteros.
El sepelio había sido calculado para antes de mediodía; sin embargo, el entierro se prolongó hasta las 15:45 horas.
A esa hora, una de las puertas laterales de la capilla Provence se abrió. Los elementos de seguridad del cementerio acercaron una limousine negra y abrieron la puerta trasera para introducir el ataúd.
El escolta-chofer que asignó el procurador mexiquense, Alberto bazbaz, a Lisette, acordó con camarógrafos, fotógrafos y reporteros que podían tomar imágenes de ese instante, y luego de un mensaje de la mamá de Paulette la dejarían trasladarse sólo con su familia a la tumba 208A ubicada en el lote Jardín de los Franceses del panteón.
"Muchas gracias por acompañarnos. Les suplico que me dejen llorar a mi hija en su última morada", expresó Lisette, y del brazo de su hermana Arlette y de otro familiar avanzó detrás de la carroza con el féretro.
Los camarógrafos y fotógrafos violaron el acuerdo y siguieron al cortejo, tomando imágenes en todo momento.
ROSAS
Colocó Lisette Farah en la tumba de Paulette.
AÑOS Cumplidos tenía Paulette al momento de su desaparición.