Pese a la situación de violencia e inseguridad, sociólogos extranjeros valoran que en México aún hay jóvenes y familia, íconos que en varios países de Europa prácticamente han desaparecido.
Así lo señaló Gerardo Aranda Orozco, director general de la Fundación "Rafael Preciado Hernández", quien junto con Carlos Buller, ministro consejero de la Embajada de Perú, participó en el tercer Foro de Análisis para la Creación de la Comisión Nacional para la Cultura de la Paz y No Violencia, realizado en esta ciudad.
Entre tanto, Buller compartió cómo en la década de los 80 se suscitó una insurgencia terrorista muy grave en su país, la cual dejó alrededor de 25 mil muertes, según los cálculos oficiales, aunque de forma extraoficial la cifra es mucho más alta.
Esto trajo consigo situaciones graves a los ciudadanos, que se convirtieron en desplazados, refugiados, vivieron el incremento de la pobreza, afectación a la educación y otras secuelas que no se pueden estimar.
Tras lo ocurrido en la mencionada década, se comenzó a trabajar en recuperar la cultura de la paz, mediante una reconciliación entre los peruanos y la reinserción de los sectores de la población que más sufrieron.
Teniendo como referente estos antecedentes, Buller visitó Durango, con la intención de compartir experiencias, conocimientos e información, para lograr la paz que se necesita no solo aquí, sino en todo el continente.
"Hay secuelas que no se ven y con eso es más complicado trabajar. Yo no sé qué puede haber en la mente de un niño que perdió a sus padres o su casa, o en qué condiciones emocionales se encuentra un soldado", dijo.
Aunque la cultura de la paz no debe ser una retórica, debe partir de esta, pues primero hay que familiarizarse y saturar el término para poder aplicarlo.
NECESIDADES
Por su parte, Aranda Orozco refirió que en la medida en que no se corrijan las conductas corruptas, los valores se seguirán perdiendo.
Lamentó que en la actualidad hay quienes no respetan el valor de la vida, ni la propia ni la de los demás, como ocurren aquí en Durango en donde se han descubierto fosas clandestinas con más de 250 cadáveres.
Esta condición es dolorosa y lastimera, pero en contraparte, hay muchas personas que están conscientes de que se necesita hacer algo para regresar a los valores.
Los maestros, a pesar de que no es parte de su programa, ya comienzan a hablar a los niños y jóvenes de los valores, porque ven la necesidad que existe de estos.
Apuntó que en la medida que las personas asuman su compromiso personal, más que por imposición, con la cultura de la paz volverán a prevalecer los valores de la paz, libertad y justicia.
Armando acevedo / El Siglo de Durango
GERARDO ARANDA
Director de la Fundación Rafael Aranda
CARLOS BULLER
Ministro consejero de la Embajada de Perú