Una mujer se ha vuelto adicta a comerse con el dedo las cenizas de su difunto esposo.
La protagonista de la historia es Casie, de 26 años de edad, que se casó en 2009 con su marido Shawn, quien falleció hace unos meses debido a los problemas respiratorios que acusaba desde hacia tiempo.
Desde entonces, esta norteamericana ha suplido la falta de su esposo por un desagradable hábito: comerse sus cenizas.
Al principio, Casie llevaba las cenizas de su marido a todas partes, a la tienda de abarrotes, cines y restaurantes. Un día, las cosas se fueron un poco más al extremo, las cenizas se derramaron en su mano y ella se las comió.
“Yo no quería perderlas porque eran de mi esposo. Así que sólo me lamí el dedo”, comentó.
Desde entonces ha sido incapaz de detenerse, y según sus estimaciones, se ha comido al menos 0.45 kilos de ceniza hasta el momento, y tiene como 2.26 kilos más. A pesar que las cenizas según Casie, tienen un sabor como a huevos podridos, arena y papel de lija, ha desarrollado un gusto por el polvo de la muerte.