La alegría de ver a sus ídolos sobre el ring, fue el mejor premio para todos los chiquitines que se dieron cita el miércoles a la Fenadu 2012.
Seis grandes guerreros, a los cuales solo por televisión los duranguenses tienen oportunidad de ver, esta vez, estuvieron en esta tierra ofreciendo un gran espectáculo con acrobacias aéreas, pero sobre todo con una técnica luchística reconocida en los más grandes escenarios del mundo. Ellos del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) se vistieron de héroes y ofrecieron lo mejor de sí, Marco Corleone, La Máscara y Rush, por el lado ténico; y por el bando rudo la famosa organización TRT, Tiger, Rey Bucanero y Terrible.
Fue un show que hizo gritar a grandes y chicos, la interacción de los luchadores del CMLL fue tal que más de un refresco y unas palomitas salieron volando, sin embargo, el gusto de tener junto a ellos a estos gladiadores, fue mayor para los espectadores.
Con un lleno al 80 por ciento el lugar lució de fiesta, donde además los luchadores locales Lobo del Aire y Rey Ángel se impusieron a los súper rudos Siniestro y Punisher, para luego derrotar a la dupla conformada por Fulgor y Engendrox.
LOS MINIS
El Último Dragoncito, Electro y Astral se midieron a Demus 316, Pierrotito y Pequeño Olímpico, donde nuevamente los técnicos se quedan con la victoria, luego de que en el último capitulo y con los cartones parejos a una caída por bando, el Último Dragoncito realiza un lance espectacular por encima de la tercera cuerda hacia afuera del cuadrilátero, con lo que proyecto a Demus 316 quien se lesionó, dejando en ventaja a los técnicos.
PUNTO Y APARTE
El show sin duda fue para Marco Corleone, quien con su gran estatura cautivó a grandes y chicos, pero sobre todo a las damas.
Rush también tuvo su lado sexy, pues las damas se acercaron a tomarse la foto con él.
Sin embargo Tiger y Terrible se lucieron de mejor manera, pues se robaron el corazón de más de una.
Eso por el lado de las damas, pero lo más importante para ellos fue ganarse la simpatía de cientos de niños y jóvenes que no dejaron de aplaudir y vitorear los grandes lances de estos maestros.