La moda es un aspecto muy importante en el mundo. Con ella se puede llegar a miles de personas, culturas y países, y muestra a quiénes nos rodean lo que somos y lo que queremos ser.
Si en el 45 alguien hubiera dicho que años más tarde estaría de moda usar faldas a media pierna con zapatos de punta redonda y estolas, nadie le hubiera creído. El imaginario colectivo siempre fantaseó con llegar al siglo XXI enfundado en trajes supersónicos. Hasta el momento, estos modelitos no llegaron.
Se dice que "el tiempo no pasa en vano" y esta frase no es la excepción en la moda. Desde siluetas definidas hasta hombreras enormes, conoce las características más importantes que lograron definir a las últimas décadas en lo que a ropa y estilo de vida se refiere.
1930
El ideal de belleza no exigía demasiado, la mujer debía ser delgada, femenina, con aspecto atlético y cuidado. Se le daba prioridad a la belleza interior y por eso llevar una vida natural era la mejor opción. Era el momento de destacarse individualmente y para esto se usaban productos considerados indispensables como la vaselina para dar brillo a los párpados, sombras en dorado, plateado, marrón, verde, azul y violeta, pestañas postizas, y labial carmín. El cabello se llevaba con un largo medio, peinado con ondas desde la frente. El rubio era el color de moda como lucían las actrices de Hollywood: aunque se le daba mucha importancia a la personalidad y lo natural, el pueblo tomaba las películas como modelos a seguir intentando copiar el estilo de esas mujeres.
1960
Los primeros años de la década, las mujeres no cambiaron mucho con respecto a los años 50. Los trajes estilo Chanel y las amplias faldas se seguían usando. Pero a mediados de los años 60, apareció la minifalda y el cabello corto estilo pixie que marcaron el comienzo del cambio. La artificialidad de los años 50 había quedado de lado. Ya no se usaba el tacón de aguja ni el excesivo maquillaje. Pintarse los labios estaba mal visto, sólo estaba permitido un poco de brillo para simular la humedad de las bocas infantiles. Para los ojos valía todo lo que pudiera colaborar para agrandarlos como los de las niñas. Con modelos como Twiggy dominando la escena, la mirada era "petite". Las curvas estaban apagadas. Fue una época en donde se vivía la euforia por el futuro y lo espacial, por lo que el color blanco y el plateado fueron furor. Tanto la ropa como el maquillaje parecían llegar directamente del espacio.
1950
Con el fin de la guerra, se volvieron a valorizar las curvas femeninas y también el lujo. La forma del cuerpo era voluptuosa y la cintura de avispa se mantuvo, pero las caderas se destacaron más, con el uso de enormes faldas largas forradas y talles estrechamente modelados, así como cinturones anchos, que se convirtieron en el complemento más importante de la década, para comprimir y resaltar la cintura femenina. Los zapatos con tacón de aguja y sombreros anchos fueron fundamentales en la construcción de esta nueva apariencia. Los guantes eran casi un accesorio obligatorio, a menudo, del mismo género que el vestido. El maquillaje presentaba nuevos colores para que estuviera a tono con lo último de la moda.
1940
Triunfó el look de Christian Dior, nuevo en esa época. Se destacó la silueta con una cintura estrecha y los hombros tomaron volúmen. Se aumentó el vuelo de las faldas pero se mantenían por debajo de las rodillas. Comenzó el culto por la belleza porque las mujeres estaban cansadas del estilo masculino usado hasta esta década. Eran tiempos difíciles, por este motivo la imagen adecuada era la de una mujer adulta y sensual pero por ningún motivo provocativa y frívola. Una década en donde a las mujeres se les exigía que no se abandonaran, que fueran competentes en el trabajo y muy enérgicas pero sin dejar la parte femenina de lado y en la vida privada sumamente comprensivas. Se recogían el cabello con moños altos o se usaban pañuelos a modo de turbante, que era lo más practico para disimular los cabellos descuidados por la necesidad y la escasez de recursos de una época marcada por la guerra.
1970
El ideal de belleza fue un tema de largas discusiones: para algunos era el ideal hippie, sumamente natural, para otros lo artificial y brillante de las estrellas de rock, y para otros la actitud revolucionaria de los guerrilleros y marginados sociales.
Una economía pobre llevó a las mujeres a volver al trabajo: actrices como Farrah Fawcett representaban a los cuerpos de la década, con curvas que se animaron a volver a la moda.
Además del hippie, el estilo militar fue incorporado en esta década, a través de parkas y botas, principalmente, que fueron llevados a la ropa civil. También hubo un movimiento "disco", que fue principalmente impuesto por lo grupos de música y luego se extendió al resto de las personas.
1980
El uso de colores era variado, aunque el blanco y el negro tuvieron su gran momento. Surgen diseñadores hasta hoy reconocidos con el objetivo de "vestir perfectamente a la mujer para el trabajo". El nuevo estilo se caracterizaba por el uso de ropa interior visible mediante el encaje o las transparencias, esta nueva moda fue altamente controversial ya que esto nunca se había visto en el pasado, por esto, la moda de 1980 fue sinónimo de liberación de las mujeres para expresar su sexualidad. Las hombreras también estaban muy de moda en la época. Se dice que las mujeres empezaron a usar hombreras amplias para mostrar que ellas eran tan poderosas como los hombres. Poco después, a este ítem característico de la moda de 1980 lo usaba todo el mundo. Terminó siendo tan popular que hasta los hombres comenzaron a usar hombreras amplias, y dejó de ser un símbolo de poder.
1990
La moda no estuvo caracterizada por un estilo específico, sino que se definió como un impulso de las personas por marcar su individualidad a través de la ropa. Las curvas regresaron a lo grande. Sin embargo, a fines de esta década comienza el descenso de este auge de la mano de modelos como Kate Moss: en los 90 las mujeres estaban agobiadas de las exigencias de las poderosas "mujeres trabajadoras" y comenzaron a pensar que para obtener buenos resultados debían ser altas , esbeltas y seductoras. Pronto comenzó a surgir una contracorriente: el grunge, que mostraba un fenómeno antimoda, con mujeres desaliñadas y mal combinadas. Este movimiento duró poco, pero sus efectos perduraron en la moda. Luego de esto la frescura natural regresó. Las mujeres debían lucir tan naturales como cuando recién salían de la ducha, el aspecto discreto era el más aceptado.