La obesidad y sobrepeso han aumentado alarmantemente en México y otros países.
La preocupación de las autoridades y los expertos de salud radican en que este descuido alimenticio posteriormente puede conllevar graves consecuencias como son la diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
Es paradójico ver que en un país como el nuestro donde 7 de cada 10 adultos presentan sobrepeso u obesidad, cada vez hay menos personas que desayunan, siendo que uno de los beneficios del desayuno es precisamente promover un peso saludable.
Para confirmar este tema, expertos en el mundo, han realizado diversos estudios para evaluar y entender la relación que existe entre el desayuno y el índice de masa corporal; los resultados de dichas investigaciones indican que las personas que desayunan regularmente se encuentran en un rango de peso que se considera saludable, es decir, sin riesgos para el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas.
Al analizar encuestas sobre hábitos de alimentación, se ha encontrado que una de las razones más comunes por las cuales la gente no desayuna se debe a la percepción de que la eliminación del desayuno ayuda a bajar de peso. Sin embargo, la omisión del desayuno condiciona a nuestro organismo a almacenar más grasa, ya que es común presentar episodios de ansiedad acompañados de ingestión de comidas energéticamente densas.
La composición del desayuno influye también sobre nuestro peso corporal. Se ha observado que las personas que incluyen en su desayuno cereal, acompañado de una porción de lácteos descremados y fruta, inician su día con nutrimentos esenciales y energía y les ayuda a cuidar su figura. Por ello, es muy recomendable elegir una opción de cereal que sea bajo en grasa, esté elaborado con arroz y trigo integral, y que además contenga fruta.
Iniciar el día con un desayuno saludable ayuda a tomar mejores decisiones sobre los alimentos del resto del día.