Familias de GP viven entre aguas negras
Las familias que habitan sobre la avenida Vergel, entre las calles Patoni, Degollado, Mártires y Zarco han tenido que soportar por semanas la presencia de aguas negras afuera de sus casas, sin que hasta el día de ayer se les ofreciera una solución de fondo a este problema que, aseguran, se agravó desde que se construyó el paso a desnivel de la Escobedo.
Con las lluvias de la temporada, el sistema de drenaje de la Vergel se saturó y el agua no encontró otro cauce que la misma avenida, por lo que de los registros ubicados entre las calles Ocampo y Juárez baja hacia las otras arterias, por el puente peatonal que se ubica en la parte superior del desnivel.
María Antonieta Camacho dijo que desde que se construyó ese paso deprimido los problemas aumentaron, "siempre se ha salido el agua negra, pero como que obstruyeron el drenaje y ahora por eso se tapa y corre por debajo de nuestras banquetas", dijo.
El brote se extiende hasta dos metros de ancho y corre como un riachuelo en la esquina con la Degollado, frente al número 469; quienes utilizan el paso peatonal y para ciclistas que atraviesa bajo las vías de la colonia Santa Rosa, rumbo al centro, deben pisar las aguas malolientes para cruzar.
El agua verdosa se estanca afuera de las viviendas de los números 435 al 445, entre esa arteria y la Patoni, generando olores insoportables para todos y diarreas sobre todo en los más pequeños, según denunció Bernarda Requejo.
ACUDE LA VACTOR
Ayer mismo, trabajadores del Sideapa llevaron una máquina tipo Vactor para succionar el agua verdosa y acumularla en un tanque de gran capacidad.
La cuadrilla se presentó por la tarde en atención a las quejas de los afectados, en tanto que encargados del organismo le apostaron a que una vez terminado el colector Rebollo Acosta, se terminarán los brotes de aguas negras en distintos puntos de la ciudad.